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La economía colombiana creció por encima del 3% en 2019 y fue una de las economías con mayor crecimiento en la región y a nivel global. No solo Colombia logró consolidar el proceso de recuperación de su crecimiento que venía lento desde 2015, sino que lo logró con una serie de indicadores complementarios muy positivos.
La inflación estuvo bajo control, quedando en 2019 dentro del rango meta; tuvimos un crecimiento de 19% en la inversión extranjera directa; el recaudo de impuestos creció más de un 10%; el déficit fiscal estuvo dentro de lo previsto y registró además el primer año con superávit primario en más de una década. Adicionalmente, tuvimos nuevamente récord en visitantes extranjeros y tanto el turismo como las remesas internacionales son hoy una fuente robusta y creciente de divisas para el país. Finalmente, Colombia logró todo esto en un año de muchas tensiones originadas por la migración masiva de venezolanos hacia el país, que puso bajo presión los servicios de educación y salud en varias de nuestras capitales, aparte de sus efectos sobre el empleo.
El buen desempeño de la economía colombiana se vio también reflejado en la bolsa y en el mercado de capitales. El índice Colcap de bvc que mide el desempeño del precio de las acciones de las 20 principales empresas se valorizó un 25%, consolidando su mejor año en casi una década. Adicionalmente, tuvimos un año record en emisiones de bonos corporativos con cerca de 14 billones de pesos emitidos y, más importante aún, con la llegada de seis nuevos emisores al mercado y el regreso de algunos que llevaban más de diez años sin emitir localmente.
Este recuento no parece coincidir con lo que algunos analistas nos hacen creer o lo que se relata con frecuencia en las redes sociales o en los medios de comunicación. Algunos de estos relatos nos harían creer que todo está perdido, que ya no hay esperanza y que Colombia se dirige hacia el abismo.
Pero la realidad económica, tristemente opacada por esos relatos apocalípticos, es muy diferente y apunta a un país que continúa avanzando en la dirección correcta y que, a pesar de las adversidades, construye riqueza y prosperidad para su población. Es además un país de empresarios pujantes que siguen invirtiendo y creyendo en Colombia y que durante 2019 recuperó la confianza para hacer negocios que contribuyan al crecimiento de la economía y a promover el bienestar de los colombianos. En diálogo sostenido desde bvc con más de 150 empresarios a lo largo y ancho del país durante este año, todos reportaron estar aumentando la inversión, tener planes de expansión o incluso estar pensando en hacer una adquisición o de mirar a mercados extranjeros. Fue una conversación muy estimulante y da fe del compromiso de nuestros empresarios por invertir, crecer, generar empleo y riqueza para el país.
En este contexto, iniciamos un 2020 con muy buenas bases y llenos de razones para el optimismo y para seguir creyendo en Colombia. Las estimaciones de crecimiento para 2020 están en el rango de 3.5% a 4% con lo cual desde ya sabemos que este será otro buen año para el país. Esto no quiere decir que no haya cosas por mejorar o que todo esté perfecto, pero sí que tenemos que poner las cosas en perspectiva.
Mis deseos para este nuevo año: que la realidad de las cifras sea un motivo para el optimismo y para concretar muchos de esos planes de inversión que venían forjándose desde el año pasado; que no nos dejemos sumir en el pesimismo o fatalismo de quienes descalifican los logros de lo que hemos alcanzado; que los nuevos mandatarios locales construyan sobre lo que dejaron sus antecesores; y que todos tengamos la capacidad para reconocer lo bueno, identificar las oportunidades para hacer algunas cosas mejor y no dejemos que se propague la idea de que todo anda mal y que hay que acabar con lo que hemos construido con tanto esfuerzo en tantos años de historia.
¡Buen 2020!