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El pasado 5 y 6 de febrero en la ciudad de Kranj, Eslovenia, se llevó a cabo la segunda versión del Foro Global sobre la Ética de la Inteligencia Artificial (IA) 2024, evento organizado por el gobierno del país anfitrión, con la activa participación de la Unesco. El objetivo general de este importante encuentro, según la propia Unesco, fue lograr la gobernanza eficaz y ética de la inteligencia artificial, reiterando la importancia para el mundo de la adopción de la Recomendación sobre la Ética de la IA adoptado noviembre de 2021 por 193 Estados miembros.
La mejor y más alentadora noticia para el mundo, derivada de tan importante foro, es el compromiso expresamente manifestado de al menos ocho grandes jugadores tecnológicos de querer estar alineados frente al documento de recomendación ética de la IA arriba citado. De esta manera, Microsoft, Salesforce, Telefónica, Lenovo, Motorola, Gsma, Innit y LG se comprometieron ante el organismo multilateral en mención al manejo responsable de la IA como elemento esencial y como parte del proceso innovador de estos importantes actores del mundo digital. Este compromiso envía una señal muy clara a los mercados sobre la conciencia del desarrollo de esta tecnología que se encuentra en permanente evolución y que está induciendo a cambiar de manera importante y sensible a los diferentes sistemas económicos.
La protección de los derechos humanos, la protección a la dignidad humana, las libertades fundamentales, en un marco de transparencia y equidad, permiten definir una serie de valores y principios que bien podrían ser cada uno de ellos insumo para una columna de reflexión cuidadosa frente a sus alcances y su ámbito de aplicación en lo que versa sobre IA.
Entender que la IA deba atender aspectos concernientes con la prosperidad del medio ambiente y los ecosistemas, garantizar la diversidad y la inclusión, fomentar a vivir en sociedades pacíficas, justas e interconectadas, adoptar esquemas que faciliten la rendición de cuentas, entre otros, son todas ellas prioridades y banderas que el mundo entero debería tener como consigna al momento de implementar esta forma de pensar la tecnología.
A la par, hoy la Unesco advierte de los enormes riesgos de un mal uso de la IA en el mundo, lo que podría traducirse en un aumento de brechas digitales, afectación a la diversidad cultural, generación y difusión masiva de desinformación, promoción de discriminación por género y por raza, incitación al odio y movilizaciones inocuas que terminan por afectar la paz y la tranquilidad de las sociedades, la privacidad de las personas, así como también acciones de suplantación, entre otras muchas cosas.
Se reconoce que hoy la IA tiene enormes oportunidades de optimizar muchos procesos y reducir tiempos y movimientos en muchos sectores económicos, sociales y culturales, pero qué bueno es saber que se abre una agenda mundial con participación de actores privados reconocidos en el mercado sobre cómo mitigar esos efectos indeseables que para nuestra especie puede acarrear la mala utilización de la IA.
Ojalá que esta buena práctica de ocho empresas conversando con la Unesco sea un paso importante que se traduzca en la creación de una cultura de la aplicación de la IA sensible a principios éticos y de uso responsable que nos permita ver en un futuro cercano más oportunidades y escenarios capaces de potenciar, citando al Dr. Hernando Parra Nieto, nuestra inteligencia natural a partir de la inteligencia artificial. En ese punto tenemos mucha responsabilidad quienes estamos al frente de procesos de formación de las nuevas generaciones de profesionales del país.