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En el Día Internacional de los Afrodescendientes, nos encontramos ante la oportunidad de reflexionar sobre la trascendencia de la cultura afro y su innegable capacidad para transformar nuestra sociedad. En un mundo marcado por la violencia y la discriminación, debemos valorar los conocimientos y tradiciones que construyen comunidades diversas y fomentan la paz.
La cultura afro aporta una invaluable diversidad, creatividad y resistencia a nuestras sociedades. Según datos estadísticos, en Colombia existen alrededor de 4 millones de personas que se autoreconocen como negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras (Narp), lo cual representa 8,6% de la población colombiana. Esta riqueza cultural, que también se manifiesta en la música, la danza, el arte y la literatura, es un poderoso motor de cambio en la cual aproximadamente 56% de la población se reconoce como afrodescendiente.
Así mismo, un ejemplo inspirador viene de Tumaco, donde la cultura afro es clave en la reconstrucción del tejido social y contención de la violencia. Proyectos como “Diálogos danzados”, liderado por Sankofa Danzafro, fundada por Rafael Palacios, buscan generar un impacto significativo en la región a través de la danza. En colaboración con diversas agrupaciones de danzas tradicionales y urbanas en Tumaco, la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) promueve el diálogo y el intercambio, fortaleciendo la lucha contra el racismo.
Por otra parte, la música y la danza afrocolombiana, como el currulao, el bambuco viejo y el patacoré empoderan a jóvenes líderes afro para enfrentar la violencia y canalizar su creatividad hacia la transformación social. Diana Cortés, Directora y fundadora de Pacific Dance, señala que “la danza nos permite hablar con el cuerpo y la voz, reafirmando nuestra identidad y resistiendo la violencia estructural y el racismo”
En ese sentido, es esencial contar con políticas que promuevan la diversidad cultural y la igualdad de oportunidades. La inversión en programas étno-educativos educativos que re-dignifiquen y enseñen la historia y las contribuciones de las comunidades afrodescendientes en Colombia. Además, proyectos como el liderado por Rafael Palacios buscan promover la circulación de las danzas afro en espacios interregionales, ampliando así las audiencias y promoviendo una comprensión más profunda de esta rica herencia cultural.
Para Rafael Palacios, es necesario alentar a las instituciones privadas a que desarrollen programas urgentes de responsabilidad social y a la academia a facilitar un dialogo honesto, una colaboración horizontal y equitativa que reconozca que las comunidades somos sujetos de conocimiento y no objetos de estudio.
Resulta fundamental identificar y mapear las estrategias de resistencia de los pueblos afro en Tumaco a través de la danza y la música como formas de enunciación. Estas expresiones artísticas permiten a las comunidades afrodescendientes reafirmar su identidad, resistir la violencia y el racismo, y construir un sentido de pertenencia y orgullo cultural.
En conclusión, la cultura afro posee un potencial poderoso para sanar y transformar nuestra sociedad. En este Día Internacional de los Afrodescendientes, reafirmamos nuestra dedicación a la promoción de la cultura afro y a la construcción de una sociedad más justa y pacífica. Celebremos su valor y comprometámonos a construir una sociedad más justa y pacífica. Juntos, estamos creando un mundo donde todas las personas sean respetadas y vivan en armonía.
