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Mientras en la década pasada el impulso de la tecnología digital convirtió a los discos físicos en un estorbo, y a las bandas musicales en un elemento arcaico, hoy el mundo está viviendo un renacer de la cultura de la música en vivo con un componente multimedia.
La maravilla de almacenar miles de canciones en un dispositivo tan pequeño como el iPod y la facilidad de ambientar un bar o una fiesta solo con un DJ, fueron los reyes de la música en la década pasada. Pero como toda tecnología cuando se vuelve masiva, el usuario pierde su capacidad de asombro y aparece la nostalgia.
Hay un público que se está cansando de la falseada voz digitalizada reguetonera y vuelve a apreciar las vibraciones de una voz a capella. Está entendiendo que el DJ no es el remplazo de la orquesta sino que son dos formatos que se complementan. Los bares de nuevo están contratando bandas en vivo que las habían descartado por ser costosas y ocupar espacio.
Lo digital satura pero se está sabiendo mezclar inteligentemente con los formatos clásicos. Hoy hay decenas de espectáculos para elegir cada día en Bogotá, algo que no ocurría hace 20 años.
Misi es un ejemplo de cómo atraer la atención del público que está lleno de opciones de entretenimiento gratis en sus pantallas y sin embargo siguen llenando sus funciones. Su más reciente musical “Ella es Colombia”, combina varios elementos que responden a lo que exige la audiencia hoy. Por un lado, con el componente de la orquesta, el espectador puede sentir las vibraciones de cada instrumento, algo que no se logra con una pista grabada. Las voces en vivo invaden cada rincón del teatro dejando boquiabiertos a los asistentes. La nostalgia también está presente: después de una balada inédita romántica, suenan los tambores y las gaitas para disfrutar de la adaptación de un clásico como “Yo me llamo cumbia” o de contemporáneas como “Robarte un beso” que nos recuerdan cuan colombianos somos.
No es un repertorio de clásicos, que sería la salida fácil para asegurar el éxito: es una combinación de canciones originales, una historia fantástica y melodías colombianas adaptadas al mejor estilo de Misi. Y algo que podría ser un recurso facilista está bien manejado: el telón digital de fondo. Hay shows que se olvidan de la escenografía y acuden al video de fondo para recrear fácilmente un cambio de escenario, algo mucho más barato pero que le roba la magia a la puesta en escena. En “Ella es Colombia” este recurso es una parte de la ambientación que se mezcla inteligentemente con la escenografía y la utilería tangible de teatro. Aparece en una sincronía con las notas musicales y con la situación de la escena, dándole el toque multimedia necesario sin asumir el protagonismo del show.
El valor de la orquesta y de la voz en vivo ha regresado. Y si se combina con dos elementos clave de hoy como los recursos multimedia y la nostalgia, se logra esa suma perfecta entre el mundo analógico y el digital que son tan compatibles.