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Analistas 27/10/2022

Hombres y mujeres de acero

Leticia Ossa Daza
Socia Directora Práctica LatAm Paul, Weiss NY

Es un hecho que el ejercicio físico tiene múltiples beneficios para la mente y el cuerpo. El correr, las maratones y las pruebas de resistencia como Ironman se han popularizado y se han convertido en un fenómeno social en los últimos años. Estos eventos son populares entre ejecutiv@s por sus altos costos y por atraer personas con personalidades ultracompetitivas.

Personalidades que no se rinden fácilmente antes los retos y que se exigen al máximo para lograr sus metas.

Una de las pruebas de resistencia que atrae a millones de participantes alrededor del mundo es Ironman, una serie de carreras que incluye 3,86 kilómetros de natación, 180 kilómetros de ciclismo y 42,2 kilómetros de carrera a pie a realizarse en un tiempo límite de 17 horas. En 2020 Wanda, el conglomerado chino, vendió la lucrativa marca Ironman Group a la empresa de medios estadounidense Advance Publications (propietaria de Discovery Channel) por una suma que se especula ronda los US$800 millones. El Grupo Ironman es el mayor operador de deportes de participación masiva en el mundo, con más de un millón de participantes anuales y con cientos de eventos organizados en aproximadamente 55 países. Cabe anotar, que los cupos para el evento en Colombia que se realiza en Cartagena en el mes de diciembre ¡se agotó en tan solo horas de salir a la venta!

Estas pruebas requieren tener una condición física avanzada y una preparación intensa; es decir, de bastante esfuerzo y disciplina.

El deseo de superación personal de algunos de sus adeptos hace de este deporte un barril sin fondo en el que siempre se está buscando superar marcas personales y tiempos, equipos más competitivos, formas de recuperación más eficaces y rápidas, etc. Los retos y nuestra capacidad de superarlos generan beneficios y bienestar; más como establecer limites para no caer en lo adictivo.

¿Cuándo se cruza la línea en que el deporte deja de generar placer, bienestar, de liberar estrés y se convierte en una obsesión? ¿Cuánt@s a pesar del cansancio, de tener algún tipo de dolor muscular o lesión siguen entrenando sin piedad? Las endorfinas liberadas con el esfuerzo físico actúan como un opiáceo endógeno que genera plenitud, estados de euforia, de acuerdo con estudios médicos al respecto. Esa sensación de bienestar que produce el deporte puede llevarnos a tener comportamientos compulsivos y estos tienen el potencial de convertirse en escapes adictivos y temporales al estrés y a los problemas.

Resulta difícil encontrar un balance cuando la sociedad normaliza conductas que pueden llegar a ser adictivas y que gozan de aceptación como la adicción al trabajo, a la imagen, al deporte…en el mundo competitivo y exigente en el que vivimos, llevamos nuestros cuerpos y mentes a extremos y llegamos a puntos de abuso en los que nos resulta difícil discernir cuando es suficiente. Busquemos un punto medio, ¡no al sedentarismo, no al exceso de deporte, no al acelere extremo! ¡Más horas de sueño, de disfrute, tiempo en familia y más flexibilidad en nuestras vidas!

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