Analistas 26/02/2025

La cultura como variable estratégica

Leticia Ossa Daza
Socia Directora Práctica LatAm Paul, Weiss NY
La República Más

En un mundo donde las fronteras comerciales son cada vez más difusas, la capacidad de negociar eficazmente en distintos entornos culturales ya no es solo una ventaja competitiva, sino una necesidad estratégica.

Las empresas que buscan expandirse globalmente deben comprender que negociar no es simplemente cerrar acuerdos, sino construir relaciones de largo plazo que generen valor sostenible.
Un error común es asumir que el dominio del idioma es suficiente para garantizar el éxito en una negociación internacional. Sin embargo, la comunicación efectiva va mucho más allá de las palabras.

El lenguaje no verbal, las expectativas culturales y la forma en que se percibe la autoridad o la confianza pueden tener un impacto decisivo en el resultado de una negociación. En culturas como la japonesa o la china, gran parte del mensaje se transmite de manera implícita y contextual, mientras que en mercados como el estadounidense o el alemán, la claridad, la precisión y la argumentación basada en datos son esenciales.

Más allá de la comunicación, la confianza es un pilar fundamental en cualquier negociación, pero su construcción varía de un país a otro. En América Latina y Medio Oriente, la confianza personal es la base de los negocios; establecer una relación antes de discutir términos es clave.

Otro aspecto crítico es la concepción del tiempo. En culturas como la alemana o la suiza, la puntualidad y la eficiencia son señales de respeto y profesionalismo. En contraste, en países como India o Brasil, los plazos pueden ser más flexibles y las negociaciones pueden extenderse más allá de lo inicialmente previsto. Las empresas que llegan con un enfoque rígido pueden percibirse como impacientes o poco dispuestas a construir una relación de confianza. La clave está en equilibrar la planificación con la adaptabilidad.

La estructura de poder y la toma de decisiones también varían significativamente entre regiones. Identificar quién tiene realmente la autoridad para cerrar un trato y respetar los procesos internos de cada empresa es clave para evitar perder tiempo y recursos en negociaciones que nunca llegan a una resolución.

Además, la etiqueta y las normas culturales pueden parecer detalles menores, pero tienen un impacto significativo en la percepción y el respeto mutuo entre negociadores. Desde la manera de intercambiar tarjetas de presentación en Asia hasta la costumbre de compartir un café antes de hablar de negocios en Medio Oriente, cada interacción cuenta.

Así pues, no basta con conocer las regulaciones comerciales y los aspectos financieros de una transacción; es necesario comprender la historia, los valores y las normas de la cultura con la que se negocia. Las compañías que invierten en capacitación intercultural, asesores locales y estrategias personalizadas para cada mercado tienen una ventaja competitiva real.

El éxito en las negociaciones globales no se basa en imponer un estilo único, sino en encontrar puntos de encuentro que generen valor para ambas partes. Las empresas que saben equilibrar la estrategia con la empatía cultural no solo logran acuerdos más sólidos, sino que también construyen relaciones comerciales duraderas que impulsan el crecimiento a largo plazo.