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Pocas cosas son tan fundamentales como el huevo: fuente de proteína, insumo clave en la industria alimentaria y protagonista en la mesa de millones de personas. Sin embargo, lo que antes era un producto básico ahora se ha convertido en una mercancía volátil, con precios que desafían la lógica del consumidor promedio y reflejan una crisis sanitaria y de mercado más profunda.
Según el Departamento de Agricultura de EE.UU., en diciembre de 2024, el precio promedio de una docena de huevos de grado A alcanzó los US$4,15, lo que representó un incremento de 65% en comparación con diciembre de 2023, cuando el precio era de US$2,51.
En enero de 2025, el precio promedio llegó a US$$4,95, estableciendo un nuevo récord y, para febrero de 2025, algunos informes indican que el precio promedio ha alcanzado los US$7,34. La causa principal es la persistente epidemia de gripe aviar, que ha llevado al sacrificio de más de 159 millones de aves desde 2022.
Más allá de la crisis sanitaria, la estructura del mercado ha amplificado el problema. Como lo señala Supply Chain Brain, la industria avícola estadounidense está altamente concentrada: unas pocas compañías controlan no solo la producción de huevos, sino también la distribución y el acceso a supermercados. Esto crea una situación en donde cualquier interrupción -desde brotes de gripe aviar hasta fluctuaciones en los precios del maíz y la soya- tiene un impacto en el costo final para los consumidores.
En el plano financiero, la inflación en EE.UU. había mostrado signos de desaceleración, pero la persistencia de altos precios en bienes esenciales, como los huevos, está generando incertidumbre en los mercados. El aumento de los costos ha llevado a estados como Nevada a suspender temporalmente su ley de “huevos libres de jaula” con la esperanza de reducir los precios, aunque la efectividad de esta medida aún está por verse.
Pero este problema no es exclusivo de EE.UU. En México, la escasez de huevos en el norte ha llevado a un aumento del contrabando desde la frontera estadounidense, con decomisos récord en Tijuana y Ciudad Juárez. En países como Colombia y Argentina, la volatilidad de los precios agrícolas, impulsada por fenómenos climáticos y costos dolarizados de insumos, ha convertido al huevo en un termómetro de la inflación alimentaria.
¿Bajarán los precios de los huevos? Dependerá de varios factores: el control de la gripe aviar, la recuperación del stock avícola, las políticas regulatorias y la evolución de los costos de insumos clave. También influirá la disposición de los productores a reducir sus márgenes en un entorno de menor presión inflacionaria.
Mientras tanto, la próxima vez que pague US$6 por una docena de huevos, recuerde que no solo está comprando proteína: está participando en una historia de oferta, demanda, concentración de mercado y salud pública.
Recuerde que, incluso los alimentos más básicos pueden convertirse en símbolos de fuerzas macroeconómicas globales, que conectan una granja en Iowa con un mercado en Bogotá y los movimientos de Wall Street.