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La OMS y la Unicef recomiendan que la leche materna sea el alimento exclusivo de los bebés recién nacidos hasta los 6 meses, y que hasta los 2 años se alimenten con una combinación de la misma con otros alimentos. El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) dice que la lactancia materna proporciona a los bebés todos los nutrientes que necesitan para crecer y que su sistema inmunológico se desarrolle plenamente - los anticuerpos protegen de enfermedades a los recién nacidos y a los futuros adultos.
El CDC añade que el lactar también tiene beneficios para la salud de las madres pues puede reducir algunos tipos de cáncer, de diabetes y la presión arterial alta.
Más la lactancia también contribuye al desarrollo de los países puesto que ayuda a disminuir los costos para atender enfermedades, y al desarrollo de las empresas pues menos enfermedades tiene como resultado mayor asiduidad y mayor productividad y rendimiento laborales.
En EE.UU., la nueva ley Pump (ley federal para Proveer Protecciones Maternales Urgentes para Madres Lactantes) extiende a más mujeres los derechos para extraer leche materna en el trabajo, como por ejemplo el tener tiempo y un espacio privado adecuados. Se suman a estos esfuerzos, el llamado de la Unicef y de la OMS pidiendo a las multinacionales adherirse a un código de conducta creado con el propósito de limitar la comercialización agresiva e inadecuada de los sustitutos a la leche materna -compañías como Danone se unieron a esta iniciativa.
A pesar de que múltiples organizaciones reconocen los beneficios contundentes que generan el amamantar, sin entrar a evaluar el nexo afectivo y las ventajas en el desarrollo emocional que esto produce, los resultados de una encuesta realizada por el CDC en niñ@s nacidos en 2019 en EE.UU. muestra que solo 24,9% de l@s recién nacid@s son lactados exclusivamente hasta los seis meses. De forma que pocas madres logran el objetivo respecto a la duración y a la exclusividad mencionadas, y un gran porcentaje (alrededor de 60%) de las madres que trabajan fuera de sus casas, dejan de lactar al regresar de su licencia de maternidad.
Si bien la falta de políticas que apoyen la lactancia y la falta de flexibilidad que les permitan seguir amamantando cuando regresan a sus trabajos son algunas de las principales razones, recordemos que: el estrés y la falta de sueño causan el aumento del cortisol lo que reduce la producción de leche, el amamantar supone un gasto calórico similar al de una hora de ejercicio moderado-elevado, y existe todavía un estigma alrededor de lactar en la oficina o en espacios públicos.
Un simple análisis de costo-beneficio nos debería llevar como sociedad a valorar la importancia del rol de las madres que deciden amamantar, y aún más el de las que lactan y realizan trabajos remunerados. Añada a la ecuación que algunas de estas mujeres trabajan un promedio de 4,5 horas al día en actividades no remuneradas también. ¡Una verdadera proeza!