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México, un país que cuenta: con una población de casi 130 millones de habitantes (51,2% de mujeres y 48,8% de hombres), una rica historia cultural y diversa, abundantes recursos naturales, con una de las economías más grandes del mundo y la segunda economía más importante de América Latina, con un PIB per cápita de aproximadamente US$10.784, se prepara para ir a las urnas este fin de semana.
México, en donde las mujeres pudieron ejercer el derecho al sufragio en 1951 (mientras que en países como Brasil, el cambio se dio mucho antes, en 1932), en donde en 1993 se introdujeron por primera vez cuotas de género en su legislación electoral como una sugerencia, y en donde el principio de paridad fue incorporado a la Constitución en 2014, está a las puertas de un hito histórico con la posible elección de su primera presidenta.
Este país, uno de los más poblados del mundo, cuenta con una de las tasas de feminicidios y de violencia contra la mujer más altas a nivel mundial. En el primer trimestre de 2024 se registraron 184 presuntos feminicidios en México de acuerdo con las cifras del Inegi, es decir un promedio de dos feminicidios por día. Según estas cifras, en 2021, 41,8% de las mujeres de 15 años y más manifestó haber vivido alguna situación de violencia en su infancia.
Y así México parezca ser un país machista - una encuesta del año pasado del periódico español El País, concluyó que 75% considera que la población mexicana es “algo” o “muy” machista- será muy posiblemente una mujer, Claudia Sheinbaum o Xóchitl Gálvez, quien estará liderando y decidiendo respecto a temas cruciales para la economía y el desarrollo de esta potencia mundial, como lo son el nearshoring y la necesidad de infraestructura (incluyendo el tema energético), la corrupción y la desigualdad, los carteles de las drogas y el cambio climático, entre otros.
En una región de contrastes como América Latina, en la que miles de mujeres son víctimas de feminicidio cada año, el número de mujeres en asumir la presidencia de países y en ocupar cargos de liderazgo ha ido en aumento.
Michelle Bachelet en Chile, Dilma Rousseff en Brasil, se convirtieron en las primeras mujeres en ocupar el cargo presidencial en sus respectivos países. Cristina Fernández de Kirchner de Argentina, Laura Chinchilla de Costa Rica y Violeta Chamorro de Nicaragua han sido también figuras centrales en la política latinoamericana.
Aunque según un estudio de las Naciones Unidas, a mayo de 2024, siguen siendo muy pocos los países en los cuales son mujeres quienes ejercen como jefas de estado/jefas de gobierno (aproximadamente 15 países a nivel mundial), y aunque al ritmo actual, la igualdad de género en posiciones de poder no se alcanzará en otros 130 años, el tener a dos mujeres como candidatas a la presidencia de un país tan importante marca un paso más hacía la búsqueda de sociedades más inclusivas, equitativas y que inspiren a las nuevas generaciones.