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Analistas 10/09/2022

¡Un llamado al cambio!

Leticia Ossa Daza
Socia Directora Práctica LatAm Paul, Weiss NY
La República Más

“Accionista” se define como una persona física o jurídica que tiene acciones de una sociedad, por lo que es propietaria de la misma en un porcentaje proporcional a su participación. Es un hecho que, a nivel global, los accionistas buscan jugar un rol cada vez más importante en las compañías, generar cambios e incidir en sus decisiones. Su definición misma los llama a ser “actores” en los capítulos de la vida de una compañía y a no ser tan solo “extras” que reciben dividendos.

Los bajos rendimientos de algunas compañías listadas y las valoraciones castigadas en las bolsas de valores son algunos de los escenarios propicios que atraen a fondos (hedge-funds) y otro tipo de inversionistas (como, por ejemplo, Carl Icahn, Elliott Investment Management, Third Point, entre otros) cuyo objetivo es adquirir participación accionarial con la intención de influir de forma significativa en el curso dichas compañías a través de sus juntas directivas. DuPont, Nestlé, PepsiCo, L’Oreal, Procter & Gamble, Danone, recientemente ExxonMobil y Disney, entre otras, han sido blanco de campañas de accionistas. Dichas campañas, que son usuales en Estados Unidos, se convierten en batallas jurídicas (proxy fights) y mediáticas que ejercen presión sobre las empresas, sus dirigentes y sus juntas directivas. Si bien muchos perciben a los accionistas activistas como especuladores corporativos o astutos inversionistas que se valen de la presión pública sobre las empresas para satisfacer sus propias necesidades... esta percepción y el tipo de activistas ha ido cambiando y, algunos accionistas pasivos se han transformado en accionistas activos.

Cerca de 75% de las campañas lanzadas en Estados Unidos en 2021 fueron lideradas por activistas primerizos u ocasionales, accionistas que buscan atacar la inercia corporativa. Accionistas que le están apostando al largo plazo, a proponer alternativas para mejorar el desempeño económico de las compañías respecto a las estrategias de asignación de capital y sus políticas ESG (sociales, medioambientales y de gobernanza).

Si bien el rol de los accionistas sigue siendo controvertido y su verdadera intención cuestionada, en muchos casos se demuestra que su comportamiento de voto está más orientado hacia el largo plazo y la búsqueda del bienestar de las compañías. Y en ciertas instancias, su influencia ha ayudado a proteger a las empresas de prácticas polémicas, como pueden ser compensaciones ejecutivas excesivas o inversiones megalómanas. Así pues, las juntas directivas y los directivos de las empresas afrontan el reto de trabajar con los accionistas activos y oír sus propuestas y requerimientos sin prejuicios, buscando espacios de discusión productivos.

Si la misma etimología de la palabra “accionista” llama a la acción, al ejercicio de la posibilidad de hacer, ¿por qué esperar que los accionistas sean pasivos? ¿por qué no aprovechar sus voces en la búsqueda de compañías con propósito y que maximizan su potencial? Debemos buscar compañías abiertas al cambio y a la transformación, preservando, obviamente, las estrategias centradas en la generación de valor sustancial y de largo plazo hacia un liderazgo responsable. Bien lo dice Brian Tracy: “la verdadera prueba de liderazgo es lo bien que funcionas en una crisis.”

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