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Analistas 14/11/2023

Visionarios o villanos mentirosos…

Leticia Ossa Daza
Socia Directora Práctica LatAm Paul, Weiss NY

Las vidas de los “founders” como los llaman en EE.UU. producen admiración. Dicen quienes han estudiado el tema que los caracteriza su capacidad de detectar oportunidades, tomar riesgos y decisiones bajo presión, de innovar, de adaptarse, su resiliencia, sus grandes egos y excentricidades, su excesiva confianza y su habilidad para convencer.

Pese a que existe un gran número de literatura respecto a los casos de éxito - como por ejemplo, “Amazon Unbound: Jeff Bezos and the invention of a Global Empire”, “The Cult or We: WeWork, Adam Neumann”, “The Great Startup Delusion”- los mitos alrededor de los emprendedores que logran atraer cientos de millones de dólares y que llevan a sus empresas a valoraciones de mercado de miles de millones de dólares son muchos.

En Silicon Valley, la cuna de muchos de estos “founders”, es común oír que el ethos de estos personajes es: “fake it until you make it” (finge hasta que lo logres); sin embargo, esta filosofía se ha distorsionado y ha sido puesta a prueba en los últimos años por las quiebras de algunas empresas y las acusaciones de fraude de algunos de sus fundadores.

Es noticia por estos días que WeWork, la compañía de coworking creada por Adam Neumann que en 2019 alcanzó una valoración de mercado de US$47.000 millones, se ha declarado en bancarrota. Neumann, quién cuando era el presidente de la empresa se caracterizó por sus excentricidades y gastos exorbitantes, logró atraer millones en inversión del fondo de capital de riesgo Softbank. Su misión de elevar la conciencia del mundo (lo cual incluyó en el prospecto) terminó con su intento fallido de cotizar en la bolsa de valores y su salida de la empresa. WeWork salió a bolsa en 2021 perdiendo más de 90% de su valor…y nos quedamos sin entender como un negocio esencialmente inmobiliario elevaría la conciencia del mundo.

Otros han llevado el fingir a engaños y fraudes monumentales. Sam Bankman-Fried, el fundador de la bolsa de criptomonedas FTX (alcanzó una valoración de US$32.000 millones), fue declarado culpable de fraude y conspiración. Elizabeth Holmes, quien a sus 19 años fundó la empresa de diagnóstico médico Theranos que revolucionaría el mercado con una sola gota de sangre y que estuvo valorada en US$9.000 millones, se encuentra en la cárcel tras ser sentenciada a 11 años por engañar, entre otros, a los accionistas de su empresa.

Estos casos han llevado a que los inversionistas examinen con más atención el estado de las empresas emergentes. En el caso de WeWork las pérdidas eran tan astronómicas como su valoración, Theranos es uno de los mayores fraudes en el mundo empresarial, y FTX no contaba con una junta directiva que pudiera supervisar a la compañía. Tal vez, una cultura en la que se finja menos y se fomente la innovación y las ideas disruptivas sin desviarse de la realidad pueda ser un buen complemento a la necesidad de realizar una debida diligencia y de determinar la viabilidad de estas empresas.

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