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Analistas 22/07/2024

Banderas

Lewis Acuña
Periodista
La República Más

Las red flags y green flags ya se ganaron un puesto en el imaginario cultural. Popularizadas como emojis para calificar o clasificar comportamientos, actitudes o situaciones, cumplen una función importante en la sociedad actual donde es cada vez más complicado evaluar los comportamientos humanos en un mundo tan vertiginoso, fugaz y cambiante.

Las famosas banderitas se suponen una guía para tomar decisiones más acertadas, eso sí, cuando se toma el tiempo para reflexionar sobre los comportamientos que determinan las interacciones con los demás.

Es natural que muchas de ellas sean consecuencia de estereotipos y una simplificación burda y reduccionista. Su interpretación es muy subjetiva.

Para algunos, lo que es una red flag puede ser una green flag y viceversa. A veces, en ciertas situaciones, solo percibimos green flags, mientras que en otras, todas parecen teñirse de rojo. Además, identificar red flags en los demás puede ser una señal de que uno mismo es una red flag y esa nos cuesta mucho más. Aceptarlas exige una brutal honestidad que nos incomoda.

Las “red flags” representan todo aquello que nos perjudica y que no deberíamos tolerar en ninguna relación, mientras que las “green flags” emergen en relaciones constructivas y saludables. Factores como la educación, los valores, la cultura, las experiencias y la influencia de las redes sociales afectan las creencias y percepciones, llevándonos a interpretar ciertos comportamientos como peligrosos (rojo) o saludables (verde). Pero recientemente ha surgido una nueva.

La beige flag llegó para definir algo de lo que no hay total seguridad como para encajarlo en los colores ya tradicionales. Este nuevo color ayuda a jerarquizar las manías y los problemas menores. Es un punto medio.

El Dr. Ali Fenwick, experto en comportamiento humano, escribió “Red Flags, Green Flags” para tomar las decisiones correctas ante los dilemas diarios. “Reflexiona, comprométete y decide, así cuando creas que has identificado una red flag en el comportamiento de alguien, tómate tu tiempo para investigarla.

No corras a la primera señal de red flag, ya que podría ser una respuesta traumática o un indicio de que tu capacidad para lidiar con situaciones difíciles está disminuyendo. Las red flags nos ayudan a activar la parte reflexiva de nuestro cerebro, lo que puede ayudarnos a tomar mejores decisiones en el momento. Las green flags son igualmente reflexivas, ya que el verde nos enseña a no dar por sentado comportamientos positivos” asegura.

Lewis Acuña

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