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Analistas 30/09/2024

Desintoxicar el amor

Lewis Acuña
Periodista

Él tenía 51. Ella 33. Juntos, 16 meses de casados y una historia de amor aún en el prólogo de todos sus sueños. El diagnóstico que les dieron un año antes fue contundente: glioblastoma multiforme. Un tumor cancerígeno y letal en el cerebro del cual médicamente no se ha podido identificar qué lo desencadena. El tratamiento para atacarlo apenas cruza -empujado por la esperanza- la línea de lo paliativo. Es terminal desde su aparición.

Además de ser su esposa se convirtió en el único ser humano tangible y palpable en la agonía física y emocional que desvela la literalidad del fin. 2020. Año de pandemia y cuarentena. El aislamiento obligatorio los dejo solos en su despedida. La ilusión del “hasta que la muerte los separe” se convierte en una premonición desgarradora. Una profecía que al pronunciarla suena prometedora y al vivirla en esas circunstancias se vuelve un consuelo.

Navidad. Nadie puede anticipar cuáles serán sus esperanzas guiadas por la necesidad en el futuro. En qué se pondrán los deseos. Cuál será el regalo ideal para el momento en la que la vida se escapa. El de ella con certeza que él ya no sufriera más aunque con su partida tuviera que asumir el sufrimiento de los dos. No hubo un milagro ese 13 de diciembre.

La muerte del amor físico, una de las tantas formas en que el más digno de los sentimientos tiene para demostrar su vitalidad. Hay una verdad irrefutable que comparte con el fin de la vida: son inevitables. Ella, terapeuta espiritual, lo sabía. También, que solo el amor podría rescatarla de ese dolor que trasciende de lo profundo a lo inconmensurable. No es ironía que sea el mismo sentimiento que produce el daño el que lo cure. Es el gran reto. Reconstruirse en la bondad incondicional de buenos corazones. Para ella, sus padres y su hermana. Amor de familia.

Con él se marcharon sus sueños como pareja, pero el deber estaba en mantener, encontrar o revitalizar los suyos. Health Coach, biosanadora y los enfoques que se sumaran a su vocación de terapeuta espiritual y le permitieran ayudar a otros tras su experiencia, se convirtieron en el mayor propósito. La armonía de aprender y sanar. El amor por un ideal. El mismo por el que ella, Carolina Novoa Arias, escribe “Amor Detox”. Una ayuda para deshacerse de expectativas, patrones o ideas erróneas sobre el amor que impiden vivirlo saludablemente y en el que comparte ejercicios para sanar el corazón. Como lo hizo ella.

“El amor todo lo sana” escribió a su nueva pareja. El nuevo prólogo de una relación que también relata en sus páginas.

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