La última melodía de Chopin

“Sevilla, sábado, 14 de diciembre de 2019. Hace dos meses que Celia Mayo desapareció. Aquel lunes, catorce de octubre, fue la última vez que se supo algo de la detective privada. Desde ese instante, la policía ha estado investigando cada mínimo indicio que pudiera conducirlos a alguna pista fiable sobre su paradero”.

Así inicia la novela con la que Francisco de Paula Fernández González completa 16 publicadas.

Hace unos 16 años, cuando escribir se convirtió en la única vida que soñaba, su primer libro fue rechazado por todas las editoriales a las que acudió.

“No todo se consigue la primera” -me dice-. Internet fue su hoja en blanco, primer vitrina y mejor excusa “para no abandonar”, como sí lo hizo con su carrera de derecho.

Don’t you know the way of risk to make’s me feel allright? (¿No conoces el riesgo de hacerme sentir bien?), dice la canción lanzada en 1996 por Squeezer, un grupo hoy tan desconocido como lo era él cuando se aventuró a crear su blog.

“Blue Jeans” es el nombre de la canción y el que decidió usar como seudónimo para escribir. Hoy es él quien hace giras y es aclamado en los países a los que viaja a promocionar su trabajo. Sus lectores lo esperan en cada aeropuerto al que va y hacen largas filas para asistir a sus eventos. Colombia no es la excepción.

“Los 10 primeros libros tenían todos corazoncitos en las portadas, así que me etiquetaron como autor de novela juvenil romántica y los últimos seis, pues me he pasado a los crímenes a los asesinatos, los thrillers y la verdad es que me divierto mucho escribiendo novelas como esta”, me confiesa, levantando la que tiene en sus manos y que ha venido a presentar. “La última melodía de Chopin” -Cuando la música anuncia tu final-.

Blue Jeans pasa ya los 40 años y la madurez en su obra es palpable, “sé que no todo es el principio y el final del libro, sino que la parte intermedia es muy importante para que el lector siga ahí enganchado”, como lo es también la forma que recibe las críticas, “a lo mejor al principio me enfado, pero hay que ser consciente que nadie te quiere fastidiar y que si te dicen algo es para que le des una vueltecita, porque a lo mejor tienen razón”. Él, que prefiere escribir en cafeterías “viendo la gente entrar y salir todo el rato, el murmullo, la música que va andando de fondo, pues ahí puedes encontrar una historia”, de esas que ya escribió 16 y de las que su frase favorita, en este momento de la vida, es la de su esposa “cariño, te he hecho café”.