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Días atrás, Vicky Dávila, directora de la revista Semana, lanzó una propuesta denominada 10-10-10, una idea en momentos críticos en donde se necesitan iniciativas para construir y pasar la página de la charlatanería.
Mi análisis respecto a la propuesta es que es innovadora, sin embargo, hay que revisar su origen. Recuerdo a Herman Cain, exitoso empresario, miembro de la Reserva Federal de Kansas City y excandidato presidencial a los Estados Unidos, planteó una idea similar a través de un plan fiscal, denominado 9-9-9, que consiste en una propuesta radical en tiempos de crisis, alejado de la ortodoxia de la economía tradicional.
Su idea se estructuró en 9% de impuesto sobre la renta de personas naturales, 9% de impuesto sobre la renta de las empresas, y 9% de impuesto al consumo. Buscaba dividir la tributación en tres componentes sin distorsiones; empezó por identificar entre los ingresos corporativos, los ingresos personales y las ventas nacionales, la tasa más pequeña que podía replicar en todos esos ingresos y llego a 9%. Una idea anti-evasión incomparable.
Reactivación requiere creatividad, y la idea de vicky es posible
El entendimiento de la propuesta es que no tiene lagunas, es decir, dentro de la estructura económica del 10-10-10, no se afectaría a quienes no tienen ingresos, pero al tenerlos tributarían bajo 10%. Sin embargo, surge la pregunta si esto permitiría que la economía marche y no genere regresividad.
Otra coincidencia que pasó desapercibida es la necesidad de disminuir los altos gastos del Estado; y nuevamente se asemeja a Herman Cain porque en su plan fiscal, además de disminuir las tasas nominales, su programa se enfilaba en controlar el gasto de una manera peculiar. Muy al estilo de Javier Milei; con una gran estrategia para la supresión de agencias y de cargos innecesarios. En otras palabras, encendiendo metafóricamente una “motosierra”, sin embargo, la herramienta mencionada por Cain en 2011, era un “hacha” con la cual buscaba explicar, que se debía aligerar la burocracia del estado.
Vicky & Cain proponen en tiempos de crisis. Me quedo con la propuesta de Vicky y un “hacha” que crepite los gastos innecesarios. Ante algunas críticas de su idea, recuerdo que hubo objeciones cuando innovamos en el régimen simple de tributación, un “tax flat” que incorporó diferentes impuestos empresariales de carácter nacional y municipal, que le solucionó la vida a muchos ciudadanos con grandes ventajas y que actualmente es el único que crece en las cifras del recaudo tributario en más de 50%. El simple es parecido al 10-10-10, y se ha probado por cinco años con buenos resultados.
En tiempos de tanta incertidumbre económica, la reactivación requiere creatividad, y la idea de Vicky es posible.