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Trabajar en un lugar que lleva en el corazón la esencia del ser humano es vivir la diversidad, equidad e inclusión en su máxima expresión, en la que todos somos aceptados sin etiquetas, podemos ser libremente y estar conectados por un propósito inspirador en el que se valora tanto la vida personal como profesional.
Para ninguno de nosotros es ajeno que después de la pandemia, el ritmo de trabajo aumentó, nos acostumbramos aún más a estar conectados y a depender de dispositivos electrónicos, tanto que lo único que no se nos puede quedar cuando salimos de casa es el celular. Los retos de las organizaciones y equipos de trabajo son mayores, y los casos de salud mental que evidenciamos son más comunes. Acorde con el Ministerio de Salud y Protección Social, 66,3% de los colombianos declara haber enfrentado algún problema de salud mental, y 45% señala que la casa es el espacio más propicio para generar estos problemas.
La salud mental es un activo invaluable y estar bien es el habilitador de la productividad que empieza por casa. Cuando nuestra vida familiar y personal están en armonía, experimentamos un equilibrio que impulsa la creatividad y la concentración de nuestra energía para responder a los retos laborales.
En su columna Adictos a no vivir, el periodista barranquillero, Adolfo Zableh, dice “Yo quiero gente realizada y feliz con lo que hace, pero que tenga también tiempo para vivir”. Nada más cercano a la realidad laboral actual. Mantener el equilibrio en medio de diversas circunstancias que se presentan en el día a día, en algún punto, pueden generar un malestar emocional y mental; preocupaciones, posibles rupturas, dificultades económicas o enfermedades, son situaciones que requieren de un acompañamiento y es ahí donde las organizaciones y líderes hacen la diferencia, nutriendo y apoyando soluciones que nos identifican como humanos.
El Centro de Orientación Familiar- COF, ha dado orientación a las personas del Grupo Bolívar por 25 años, en aspectos psicológicos, jurídicos, tributarios, financieros, vocacionales y académicos; lo que es realmente un bálsamo para las personas, que cuando salen de trabajar necesitan una asesoría para solucionar la relación con su hijo adolescente, para encaminar el negocio familiar que quizá está quedando obsoleto en medio de la transición digital o para ayudarles a llevar un caso de la repartición de una herencia; infinidad de circunstancias que necesitamos resolver en el día a día y que nos ayudan a mantener un equilibrio mental y saludable.
Escuchar los testimonios de las personas, al ver cómo su vida y sus hogares cambian, es ser testigo de la transformación del país desde su base, que sin duda es la familia. Ir a trabajar sabiendo que un hijo está siendo valorado médicamente, un adulto mayor está siendo orientado, una madre está siendo apoyada, contribuye a que haya calidad de vida.
Hoy buscamos que las personas más que se queden en las organizaciones generen un vínculo tan cercano, que independientemente a donde vayan siempre nos lleven en su corazón; porque se sienten representados, así como cuando hemos tenido una linda relación con el colegio y después de muchos años si escuchamos hablar de él, sentimos que hablaran de nosotros mismos.
Pertenecer es la conexión y el compromiso que una persona tiene ante una organización porque la representa, se siente identificada con sus principios y valores, es aceptada de manera integral como ser humano, es acompañada en situaciones de su vida, y cómo decimos en Bolívar “nosotros no firmamos contratos laborales, creamos relaciones con propósito”.
Trabajar en y por un lugar donde la cultura se desarrolla en la práctica en lo que pasa en el día a día, es en definitiva el impulso para mantener la voz en alto para lograr un país y un mundo sostenible, gracias a personas mentalmente saludables.