¿Agencia de Ciencia, Tecnología e Innovación?

La Ley 2294 de 2023 que aprueba el Plan Nacional de Desarrollo (PND) indica en su artículo 225 que MinCiencias “diseñará el arreglo institucional para fortalecer el sector de ciencia, tecnología e innovación, que contemple la creación de una Agencia responsable de ejecutar la política”. Este mandato tiene su origen en una recomendación de la Misión de Sabios de 2019 que propone una separación entre la formulación de políticas y su ejecución. Esta separación requiere de una función administrativa clave: el control. A inicios del siglo XX pensadores clásicos como Henri Fayol en su influyente obra de 1916 ‘Administration industrielle et générale’ y Oliver Sheldon en ‘The Philosophy of Management’ de 1923, promovieron la institucionalización del control como base de la eficiencia administrativa.

La Red de Gobernanza y Gestión de la CTI - Red Gcti, con el apoyo de la Universidad Externado de Colombia, realizó un conversatorio el jueves pasado sobre la pertinencia de la Agencia, abriendo el debate en la esfera pública -como esperaría Habermas para la buena democracia-. Iván Montenegro insistió en un mecanismo de coordinación interministerial y multisectorial antes de pensar en una Agencia, que según MinCiencias, tendría un consejo directivo con solo dos ministros.

Mónica Salazar indicó que no hay una concepción multinivel de la gobernanza para la Agencia en lo territorial, sectorial y pluralidad de actores, así como falta de claridad en la relación entre la Agencia, el Fondo Francisco José de Caldas y las regalías, con riesgos de duplicar funciones y tener sobrecostos.

Por su parte, Sara Valencia ve que la Agencia ahora no es viable por la escasez de recursos, la carencia en diplomacia científica y la incapacidad de coordinar las políticas de MinCiencias con otros sistemas intensivos en conocimiento como el de salud.

Finalmente, indiqué en el panel que no solo la desarticulación del MinCiencias con el sistema de educación superior en particular -que produce 90% de la investigación del país-, y la competencia con otros ministerios como se ve en la política de inteligencia artificial, son grandes problemas.

También insistí en que montar una burocracia, sin la racionalidad de Max Weber de que un cargo es ocupado por una persona competente para el mismo, favorece el uso de recursos fiscales para repartir cargos, como hace la ministra de ciencias con sus allegados o recomendados, como puede leerse en el reciente nombramiento del hijo de la Ministra de Trabajo como nuevo jefe de la oficina de asesoría jurídica del MinCiencias.

Con el actual gobierno no están dadas las condiciones para que se cree la Agencia y funcione con eficiencia administrativa. Pero el mayor problema es que no contamos con capital humano formado en gestión de la investigación. La inversión en ciencia y tecnología no es igual a la que se hace en infraestructura y requiere formas diferentes y avanzadas de gestión y control.

Si pensamos la Agencia con visión de futuro, lo primero que debería hacer MinCiencias con MinEducación es convocar a la creación de programas de investigación y formación en gestión de la investigación. Para una buena ejecución necesitamos nuevos sistemas de control fiscal apoyados en tecnologías de inteligencia artificial y analítica, con mecanismos de participación ciudadana y metodologías eficientes de indicadores y alertas, con el fin de salvaguardar un patrimonio público intangible fundamental para el desarrollo: el conocimiento.