ANALISTAS 01/04/2025

La inteligencia artificial como sustituto del trabajo humano

Luis Antonio Orozco
Ph.D Profesor Universidad Externado de Colombia

Hace unos años publicamos un artículo con mis estudiantes de doctorado en administración del Externado en el Journal of Business Research que evalúa si las tecnologías digitales complementan o sustituyen los recursos clave para la innovación, como lo es la inversión en investigación y desarrollo, las redes con universidades o el capital humano.

Recientemente me invitaron del Doctorado en Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Icesi para discutir los resultados de esa investigación, en particular porque son contraintuitivos y revelan estadísticamente que la inversión en el tiempo en tecnologías digitales no es determinante para el aumento de la innovación en una muestra de empresas de la industria manufacturera de Colombia.

Uno de los resultados más interesantes es que la inversión en las TIC se muestra como un sustituto del talento humano, apoyando la idea de que la transformación digital está enfocada en reemplazar humanos por sistemas autónomos de inteligencia artificial, IA.

La primera atención que recibimos de una organización la da un chatbot. Desde la llamada telefónica hasta el WhatsApp tenemos que lidiar con las opciones y respuestas de un sistema de IA. Pero el reemplazo del trabajo humano por la IA no se limita a trabajos manuales, operativos y repetitivos. Como describe en detalle Andrés Oppenheimer en su ya clásico libro ‘Sálvese quien pueda’, una gran cantidad de profesiones se están automatizando, entre ellas la contaduría, la administración y el derecho.

Sistemas entrenados para tomar decisiones autónomas están realizando el trabajo de registro y verificación de hechos económicos, conciliando cuentas y liquidando impuestos, tema central de la contaduría pública. Se crean plataformas para la gestión automática de contratos -smart contracts - tarea central de los administradores.

La IA, más allá de elaborar documentos jurídicos a medida, automatiza decisiones sobre casos, evaluando los fallos previos de un juez, la jurisprudencia y las pruebas, determinando si es mejor conciliar o ir a juicio.

Pero el terreno donde estamos subestimando esta transición de la automatización del trabajo con IA está en el campo de seguridad y defensa, uno de los sectores que más empleo genera. Esto le indiqué a Juan Carlos Rodríguez en un podcast sobre la transformación tecnológica y la IA que grabó con sus compañeros de la especialización en Gerencia del Talento Humano de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.

Ya existen robots vigilantes como Ramsee, que tiene visión infrarroja y térmica de 360 grados, sensores, cámaras y software de reconocimiento de imágenes y sonidos, así como auto-organización de mapas de patrullaje. Le indicaba a Juan Carlos que en este terreno los robots no van a complementar, sino a sustituir vigilantes que crean sindicatos, exigen derechos y experimentan cansancio y sueño, y que temas como la gestión humana en la industria de la seguridad deben convocarnos a realizar investigaciones serias, como estamos explorando con mi estudiante de doctorado Sergio Cortés en el Externado.

Pero donde considero que la sustitución de humanos por IA es realmente delicada es en la industria militar. Somos un país con una guerra interna que, de hecho, se ha recrudecido en los últimos años con la paz total del Gobierno del cambio. A este Gobierno no le interesa la transformación militar en la era de la IA como evidencia su sesgado Conpes 4144 de este año. Con mi estudiante doctoral Mikel Ibarra venimos investigando el tema y sabemos que la sustitución de soldados por robots, drones y naves inteligentes ya es un hecho.

¿Estamos preparados para la gestión de máquinas capaces de ejecutar misiones en teatros de operaciones no controlados, con decisiones autónomas que pueden crear daños colaterales? ¿Entendemos una nueva dinámica con armas inteligentes que pueden tomar decisiones que podrían poner en riesgo nuestra propia seguridad y existencia? ¿Qué capacidades necesitamos en ese nuevo escenario para la gestión del talento humano y cómo responsabilizar humanos de los fallos de un arma autónoma?