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Analistas 18/06/2024

Falló la PEC hacia USA

Luis Fernando Vargas-Alzate
Profesor titular de la Universidad Eafit
LUIS-FERNANDO-VARGAS

La Comisión de Apropiaciones de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos de América (específicamente desde el Subcomité de Apropiaciones para Operaciones en el Extranjero) aprobó el que sería un categórico recorte presupuestal de la ayuda que ese país destina hacia Colombia, y que se dirige en gran proporción a la lucha contra el difícil problema de las drogas. Si bien la decisión del poder legislativo aún descansa en intenciones, en tanto los trámites de aprobación del proyecto apenas comienzan, lo cierto es que se convirtió en respuesta directa a la carencia estratégica del Gobierno colombiano para tratar su relación bilateral con el actor político más importante del continente.

Partiendo de la existencia de una política exterior (PEC) formal y oficial en la administración de Gustavo Petro (cosa que aún es desconocida), habría que precisar algunos aspectos sobre los lineamientos trazados en torno a Estados Unidos. Para quienes siguen de cerca estos temas, uno de los pocos asuntos en los que existe mínima o ninguna discusión es precisamente que, por décadas, la única política de Estado en materia internacional es el compromiso bilateral pactado (explícito o implícito) con ese país. Esto, incluso, estando en desacuerdo con la manera como la súper potencia maneja sus asuntos de política internacional y exterior.

A pesar de la existencia de algunos episodios en los que Gobiernos colombianos se han distanciado de Washington, la realidad enseña que se trata de una relación necesaria y de larga duración. Es decir, es un diálogo de ciclos de actividad mayor o menor, de acuerdo con las circunstancias, pero que se ha considerado fundamental para avanzar en la consecución de las metas domésticas.

Un Gobierno racional, estratega, capaz y precavido, normalmente traza los lineamientos centrales de su política exterior a partir de lo que tradicionalmente tiene a disposición, mientras intenta aproximarse a nuevos actores de la política global que puedan servir a sus intereses. Como es apenas natural entenderlo, la política (y menos la internacional) es carente de colores, orientaciones dogmáticas o ideológicas que fuercen a los Estados a comprometerse o desistir de uno u otro apoyo. Las premisas de la política internacional, incluso desde las perspectivas o aproximaciones más liberales, señalan que se trata de un juego de reacomodamiento constante en el que la prudencia es el valor supremo.

El Gobierno actúa de manera imprecisa, poco calculada y errónea en diversos escenarios y situaciones. Está bien que se quiera guardar distancia de Washington (no hay que entrar en discusiones sobre las razones al respecto), pero podría ser una acción que se adelante sin poner en juego la posibilidad de que la economía más importante del mundo retire su apoyo financiero y técnico al país. Está próximo a perderse 50% de la ayuda, y por la falta de claridad en torno a lo que Colombia quiere y necesita del mundo, no se vislumbra que haya otro Gobierno interesado en reemplazar esos recursos. Tampoco es clara la estrategia de Colombia para salir a buscarlos.

Aunque habrá quien se regocije con la reciente visita oficial al continente europeo y alcance a entender en los suecos a los nuevos aliados irrestrictos para Colombia, lo cierto es que pasarán muchos años antes de que aparezca un Gobierno tan comprometido con este país en materia de ayuda exterior, como lo es Estados Unidos.

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