Analistas 28/03/2025

Trasciende un maestro del sentido común y la ilustración

Luis Guillermo Echeverri Vélez
Ganadero, Abogado y Economista Agrícola
Luis Guillermo Echeverri Vélez

Escribo con el dolor de que se nos fue un grande, el doctor Luis Fidel Moreno Rumié. Un hombre culto de mente aguda que seguirá viviendo en las elucubraciones de quienes pudimos disfrutar de sus enseñanzas y sus críticas siempre constructivas.

A la familia Moreno Rumié a su esposa y a su hija nuestro más sentido pésame. Pierde el país y la democracia, un maestro del pensamiento regido por el sentido común, el civismo, el deber ser. Y pierden el periodismo, el deporte, la educación, la justicia, el derecho y el marco de la legalidad, uno de los grandes guerreros que teníamos en esta lucha contra la inhumana mezquindad que vive el país.

Luis Fidel fue un grande en la forma en que hay que ver y analizar la vida y el transcurrir de la política como un compromiso que obliga a cada ciudadano con su comunidad y su patria. Nos marcó a todos los que pudimos conocerlo como uno de los grandes mentores de educadores, de entrenadores, de deportistas e intérpretes de la cultura autóctona colombiana y vallecaucana.

En medio de una sociedad salvaje y una dirigencia discriminatoria que temerosa y dubitativa parece que solo distingue y premia inútiles, Luis Fidel siempre brilló por su propia cuenta sin que nadie tuviese que regalarle nada. Distinguido por su erudición y una clase innata que sobresalió por su actuar y su discurrir enmarcado en una sencillez brillante, inteligente, superior, que siempre supo manejar con la humildad propia del idioma que solo emana del corazón del ser sensible.

La vida me premió pudiendo desarrollar con el gran Luis Fidel Moreno Rumié una amistad corta, pero entrañable, una relación que se la debo al Barquero (William Calderón), quien me lo presentó, y a Samuel Barona y Luis Alfonso Montoya compañeros del Noticiero de Antioquia, donde compartimos opiniones variadas muchas mañanas.

Pierde el país y el Valle del Cauca un grande, un hombre íntegro, de mente inconmensurable, acuciosa en el análisis, un humanista de obrar simple, pausado y práctico. Pierden los suyos un gran padre, esposo, hermano y, ante todo, viaja un amigo.

Gracias Luis Fidel por tanto que escuchándote pude aprender en el corto tiempo que la vida me premió con la luz de tu sincera y noble generosidad. A su familia fuerza por la gran falta que le hará la humildad de la sabiduría con que las personas debemos manejar nuestras obligaciones con la sociedad colombiana. Hoy nos deja marcados y comprometidos con Colombia una mente lúcida, culta y sensata que vivirá siempre en nuestra memoria.

Y como me lo escribió Gustavo Álvarez Gardeazabal: “Luis Fidel fue un hombre fiel a sus convicciones… valía pena conversar con él, sobre cualquier cosa”.