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Mucho cuidado, que la patria no corra con la suerte del ternero aborrecido y abandonado.
No más complaciente mamertería entre muchos miembros circunspectos de la dirigencia gremial, ni más “Andi pa arriba y Andi pa abajo”. Es hora que las agremiaciones del sector productivo cumplan con su mandato constitutivo, la defensa de los intereses de sus afiliados y sus empleados y del sistema de libertades que les permite trabajar.
El país es viable si se defiende la transparencia, se le exige pulcritud a la justicia y se le aplica sanción social a los privilegios y las concesiones al narcoterrorismo, fuente de corrupción.
Es el momento que los gremios se pongan en la tarea sistemática de explicarle a cada ciudadano, que, aunque seamos un país de ingreso medio con altos niveles de pobreza, esta solo se supera con oportunidades, con una economía creciente y no con las falsas promesas del populismo que ya anuncia a cuatro vientos la destrucción de los vectores de creación de valor.
Somos una nación libre y trabajadora llena de posibilidades, con un manejo económico diligente, un sistema de salud operante, construyendo cada vez mejor infraestructura, que conquistó el sueño de la gratuidad educativa para los más necesitados, con un mejor y más efectivo sistema de subsidios condicionados, que si bien tiene problemas de criminalidad que genera corrupción, esta, tan solo está en manos de unos pocos que desconocen la ley y que hoy apoyan descaradamente las propuestas lisonjeras de quien solo ha vivido por cuenta del Estado y pretende traer a valor presente todo el resentimiento acumulado en su trayectoria guerrillera.
Mucho ojo que ser liberal y tener conciencia social ha sido también la identidad de gente honorable, es algo que no debe confundirse pues difiere mucho de todo lo que bajo un falso ideario esconde ese narco-comunismo parlamentario que disfruta de la opulencia que a cuenta de todos le brinda el Estado.
Hace dos domingos leí un escrito en donde el ideólogo del comunismo de caviar, le daba pasaporte social a la guerrilla, amparada hoy por la activación de todas las formas de lucha para conseguir el poder, a manos de la totalidad de las organizaciones crimínales que operan en Colombia y claro, por Cuba, Rusia, Venezuela y todo el comunismo internacional.
Escondido tantos años en la casa editorial El Tiempo, en representación del comunismo colombiano, al igual que ocurrió en Marquetalia, ya destapó su juego, consistente en la mamerta validación social de su familia oligarca a la candidatura populista de la guerrilla.
Es “surrealista” la fascinación de los pichones de “El Tío” con el comunismo castrista, inspirada por el cura “in” del entonces, Camilo Torres, que hoy los lleva en medio de su traba pseudointelectual a jugar ruleta rusa con la ideología revolucionaria, la destrucción social y del valor económico. Es patético su empeño de promover desde la burguesía la revolución, que siempre ha sido un sello claro de su conocida y decadente degeneración.
Era de esperarse el endoso a un candidato guerrillero, por quien le maneja la conciencia al diabólico muñeco traidor que engañó en 2010 al electorado enarbolando los postulados doctrinarios de la seguridad democrática, para hacerse al poder y cometer el mayor estupro político conocido hasta hoy.
Actualmente, la estrategia es la misma: Engañó mediante dialéctica demagógica populista. Disfrazar al lobo de abuelita para tragarse a Colombia entera, como si fuera caperucita.
Son guerrilleros activos, el libretista y su candidato, riquitos viajeros con visa americana que no pagan nomina y visten pinreles de marca, respaldados por toda suerte de mafias, por las FARC y el ELN. Pero aquí no les pasa nada. Incendiaron el país piloteando la primera línea desde sus curules parlamentarias, y los entes de control los tratan como ciudadanos de mejor derecho. Como si la destrucción de valor y la traición a la patria no fueran conductas punibles. La prueba forense está en la data de cualquier herramienta digital analítica de escucha de la actividad de redes sociales.
Entiendo que ir en contra de una sentencia de la Corte Interamericana que favoreció al alcalde corrupto salvándolo de la flagrancia, en teoría parece complejo, pero es el sistema democrático el que está en juego, es la libertad de toda una nación la que se nos va por el voladero.
Que nadie se llame a engaño. Como Chávez, Castro, Ortega, Evo, los Kirchner y tantos otros, una vez en el poder, ejercerán la destrucción de valor propia de toda dictadura totalitaria.
No es posible competir en igualdad de condiciones con alguien que nunca ha reconocido ni respetado la ley y está respaldado electoralmente por las armas y el dinero del crimen organizado. Y sin embargo eso es lo que hay.
Si en todo el empresariado y la institucionalidad, no nos ponemos las pilas y defendemos el sistema exigiéndole a políticos y funcionarios hacer su trabajo de modo que la ley actué contra el hampa, puede quedar Colombia al igual que nuestros países vecinos: Como el ternero aborrecido por la vaca ladrona que lo abandona, vivo pero condenado a perecer a picotazos en manos de buitres y de hienas insaciables en su ambición de medrar, una vez conquisten el poder.