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El futuro se mira retador, pero con un aire de esperanza. Con la llegada de las vacunas y los tratamientos cada vez más efectivos para hacer frente a la pandemia por covid-19, la “normalidad” se vislumbra cada vez más cerca para los distintos centros urbanos y países en todo el mundo.
En ese sentido, debemos tomar en cuenta que este regreso conllevará cambios en los mindsets de gobiernos, empresas, autoridades y personas, y por tal motivo debemos de estar preparados y dispuestos para adaptarnos ante la nueva realidad.
En el ámbito corporativo, todo lo anterior implicará tener la capacidad de aprender sobre lo que hemos vivido y, con ello, ser lo suficientemente abiertos hacia lo que viene: transformación digital, nuevas plataformas tecnológicas, big data, inteligencia artificial, empoderamiento del consumidor, mecanismos de hiper transparencia, entre otros.
En muchos sentidos, alcanzar estos cambios y transformaciones estructurales y culturales, requerirá que los colaboradores dentro de las organizaciones, tengan la suficiente apertura para aceptarlo e interiorizarlo. ¿Cómo lograr esto?
Con equipos de trabajo diversos que abracen la innovación.
De acuerdo con el periódico de origen estadounidense The Wall Street Journal, las culturas diversas e inclusivas brindan a las empresas una ventaja competitiva sobre sus pares. Esto también se ha visto reflejado en distintas investigaciones internacionales, que han demostrado que contar con una fuerza laboral diversa e inclusiva permite impulsar la innovación, fomentar la creatividad y orientar de una mejor manera las estrategias empresariales.
Ahora bien, propongo pensar y usar la imaginación para entender lo anterior.
Imaginemos un lugar de trabajo con personas con el mismo tipo de pensamiento, forma de hacer las cosas, historias o antecedentes; ahora imaginemos este mismo escenario a la inversa. ¿De dónde crees que salgan ideas más innovadoras y/o disruptivas?
La respuesta es bastante sencilla, y por tal motivo, es necesario que las empresas cuenten con programas e iniciativas que fomenten una cultura laboral que sea diversa e inclusiva para todas las personas sin importar su raza, color, religión, sexo, nacionalidad, edad, discapacidad, orientación sexual, identidad, expresión de género o estado civil.
Desde mi experiencia, estoy convencido que nuestros equipos son mejores cuando se componen de personas diferentes, con objetivos compartidos y con distintas perspectivas.
En este mismo sentido, considero que pertenecer a un lugar de trabajo donde se valora a las personas por aquello que los hace únicos, permite crear una comunidad empoderada y comprometida.
Cuando se logra este tipo de conversación, no tengo duda de que, los colaboradores se sienten lo suficientemente cómodos como para salir de su zona de confort y expresar sus opiniones, puntos de vista y percepciones para enfrentar cualquier tipo de desafío.
Por cada 100.000 registrados, juegan entre 30.000 y 35.000, esto es 31%