Una revolución financiera más allá de los números

En el corazón de cada transacción financiera, más allá de los números y los códigos complejos, se encuentra una persona con necesidades y aspiraciones únicas.

Detrás de una tarjeta de crédito hay una estudiante que quiere comprar sus libros, o una familia que quiere financiar una nevera o hacerle un cumpleaños especial a su hijo. Un crédito personal o empresarial acoge las aspiraciones de aquellos que quieren ampliar su negocio, mejorar su casa, o hacer un viaje soñado. Y ni hablar de un crédito de vivienda que les pone piso y techo a los sueños de muchos colombianos de tener casa propia.

Incluso si nos detuviéramos a pensar en lo que hay detrás de una simple transferencia bancaria, nos transportaríamos a un universo de metas que la gente está logrando al poder hacer el pago de la universidad, al poder pagar la cuota del carro, o al recibir flujo de caja por la venta de sus productos. Y pensar en todo lo que estamos en capacidad de facilitar desde Nu, para mí es muy emocionante.

Sin embargo, el sistema financiero colombiano aún tiene mucho por mejorar para que estos sueños y aspiraciones transiten de una forma más humana y transparente. Si los productos financieros fueran carros, y la experiencia de los usuarios con sus productos y con los sistemas de pagos fueran una red de carreteras, tendríamos unas vías en mal estado, con poca conexión entre ellas y llenas de peajes y obstáculos, donde transitan carros similares, con ruedas no necesariamente redondas. Hay que reconocer que también habría algunos autos y carreteras modernas, pero aún con dificultad para conectarse con las demás.

Y también hay que reconocer que el gobierno está caminando en la dirección correcta con iniciativas como las finanzas abiertas y los pagos instantáneos, a través de las cuales esa red de avenidas será cada vez más universal, más interconectada y con menores costos asociados.

Tengo que confesar que antes de ser cliente de Nu, no me imaginé que un producto financiero pudiera ser tan distinto y tan especial. Tampoco imaginé que, con tan solo dos años de operación, tuviéramos presencia en 100% de los departamentos y 89% de los municipios de Colombia.

Ahora que tengo el privilegio de ver desde adentro cómo se logra una revolución como esta, no me cabe duda de que es posible hacerlo si se soporta en tres pilares: la tecnología, los procesos de diseño centrados en las personas y todo el equipo que está detrás de analizar los dolores, necesidades y expectativas de los usuarios y de traducirlos en productos simples, transparentes y humanos.

Desde Nu, estamos trabajando en crear avenidas rápidas y modernas, sin huecos ni peajes, donde los usuarios vayan en vehículos hechos a su medida, y, sobre todo, donde podamos darles la bienvenida a todos los colombianos.

Esta es la visión que me motiva y en la que creo firmemente, y como líder en este viaje, estoy comprometida con trabajar sin tregua para que Nu Colombia sea un motor de innovación para el sector y para el país, con miras a lograr un fin mucho más grande: mejorar la vida de todas las personas que confían en nosotros.