MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Como colombianos, es evidente que hablemos de tiempo de crisis, con nuestras debilidades y un rol definitivo, donde el mal imaginado es más atractivo que el bien posible.
Sobre lo que vale la venida del Papa Francisco a Colombia, hasta ahora las cuentas solo se han hecho con base en lo que han gastado otros países. Podemos hacer un estimado latinoamericano, en el cual México, con seis días, gastó US$10 millones y Ecuador puso más de US$6 millones.
Con esos números, podemos hablar de US$1,5 millones por día de visita del Papa, que sirven para cubrir asuntos como los vehículos y la seguridad que acompaña al Santo Padre, así como el hospedaje para él y su comitiva. Esa cifra, sin embargo, es corta si tenemos en cuenta que a nivel país hay que invertir en la restauración de centros religiosos, en personal de seguridad extra y en mejoras viales por donde pasará la caravana papal, entre otros asuntos.
Aunque los costos de la visita despierten suspicacias en más de uno por tratarse Colombia de un Estado laico, hay que aclarar que este viaje lo costeará la Conferencia Episcopal, la diócesis con sus fieles, junto con dineros públicos. Como se trata del jefe del Estado Vaticano, el protocolo dicta en estos casos que los gastos sean repartidos entre la Nación y, para este caso, la Iglesia.
Francisco TED nos decía: “En el camino de los pueblos hay heridas provocadas por el hecho de que en el centro está el dinero”. Esta frase sirve para trascender del pensamiento de un gasto o uso del dinero de su visita en educación, salud y trabajo o para los niños pobres de la Guajira o el Chocó, así como la restauración de Mocoa, pues mal hacen los que defienden este parecer.
En este tiempo de crisis, nada mejor para Colombia que un Papa Francisco que cuente con esa capacidad de hacernos cambiar como colombianos y la mejor forma de hacerlo, o mejor, la mejor inversión que se puede hacer es en la promoción; es mostrar nuestra realidad, partir de un momento histórico apalancado en nuestra mega diversidad en riqueza natural, humana, ambiental y cultural.
Es necesario sentir que estamos pasando por muchas cosas buenas: ese es el reto, reunir todos los esfuerzos con un free press global en términos de visibilidad consiguiendo publicidad precisamente al factor turismo al que se destinan tantos millones cada año con un Retorno sobre la Inversión (ROI) como el que tuvo México, por ejemplo, donde los ingresos de la visita papal cuadriplicaron su costo, en comercio, turismo y hoteles.
El reto está en ser un colombiano con un pensamiento global, pasar del “hay que hacer esto” a hacerlo, animar a vivir contagiando la alegría que nos caracteriza, respondiendo a una realidad con una tropicalización a la economía europea que añora tanto una visita papal; en otras palabras: pensar en inversión en vez de gasto.