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ANALISTAS 25/05/2024

“Shu, shu, shu”

María Clara Posada Caicedo
Estratega Política

“Esa agenda son hechos de corrupción que beneficiaron a un número importante de congresistas”. Así se lo comunicó al país Olmedo López en entrevista con Vicky Dávila de esta semana. López prendió el ventilador destapando el entramado de corrupción que se gestó con la Ungrd como palanca logística y dejando en entredicho la honorabilidad, si es que a alguien aún le quedaba duda, de varios congresistas y funcionarios del gabinete.

Difícil le quedará al Gobierno de Gustavo Petro decir que el aterrador escándalo de corrupción en el que se compraron las conciencias de varios miembros del Congreso por intermedio de sus funcionarios, también fue a sus espaldas. Pero no nos hagamos ilusiones y anticipemos que el Presidente, que es un mago de la manipulación, seguro esta vez subestimará nuevamente al país y volverá a negar su responsabilidad.

Con voz nerviosa y temiendo por su vida, Olmedo López aseguró que en lo que él cataloga como “la agenda del gobierno” se impartían las órdenes “al director”, o sea a él, para que él mismo las transmitiera a sus subalternos. Tales órdenes no eran otras que entregar contratos cuantiosos y escandalosas sumas de dinero a congresistas, para lograr materializar los intereses del gobierno.

Viendo a los salpicados, Luis Fernando Velasco, ministro del Interior; Sandra Ortiz, exconsejera para las regiones; Iván Name, presidente del Senado; Andrés Calle, presidente de la Cámara; y Wadith Manzur, presidente de la Comisión de Acusaciones; no hay que ser un genio de la estrategia política para deducir que el pago se dio a los congresistas por la colaboración en el trámite de la reforma pensional, el trámite de la reforma a la salud, y el entorpecimiento del avance del proceso por violación de topes de la campaña Gustavo Petro Presidente, respectivamente.

No obstante, tampoco hay que ser un genio para inferir que lo que reveló Vicky, es solo la punta del Iceberg y que lo que se viene implicará a otros miembros del gabinete y a varios otros -muchos- “honorables” parlamentarios.

Ni un voto más para los corruptos que vendieron sus conciencias

Pero para el corrupto no hay límites y pese a lo develado por Olmedo, el mismo día que el país conoció esta verdad, se votó favorablemente y con total holgura la reforma a la salud en la Comisión Séptima de la Cámara.

Ante tal descaro, la responsabilidad a partir de este momento empieza a recaer entonces en los señores del aparato judicial colombiano y en los organismos de control, a quienes inevitablemente, y por encima de cualquier tipo de historieta que invente Gustavo Petro, o a la cantidad de virus que esparza por las estrellas del universo; les llegó el momento de actuar incólumes, conforme la ley y la constitución lo obligan y de dar resultados.

Dijo también Olmedo, refiriéndose a Velasco, “Invito a él y a quienes me escuchan: compañeros y compañeras del cónclave y de quien recibí ordenes antes del cónclave, que le contemos la verdad al país”. Su mensaje en otras palabras fue: Muchos de ustedes son mi principio de oportunidad y empezaré a cantar hasta donde tenga que hacerlo para lograr la mayor reducción de mi pena. Esperemos que con esta sentencia la justicia por fin actúe, y que el vaticinio del “shu shu shu” del Presidente, termine siendo el destino de su maderamen de corrupción.
Ni un voto más para los corruptos que vendieron sus conciencias.

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