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El mundo empresarial se enfrenta a la llegada de una nueva generación que redefinirá la cultura organizacional. La Z, como se han denominado a los post millennials, trae nuevos retos para las compañías en su intención de atraer y retener el talento, motivarlos y hacerlos más productivos. Aprovechar su potencial será clave para el crecimiento de la economía.
Aunque no hay consenso sobre el rango de edades que comprende a los Z, los expertos los ubican dentro de los que nacieron entre mediados de los 90 hasta los primeros años del actual decenio (2010) y solo en Estados Unidos ya representan el 26% de la población, según Forbes, es decir, casi 85 millones de personas.
Según el Pew Research Center de EE.UU., en 2017 los post millennials eran el 5% de la fuerza laboral en ese país y aumentarán a medida que los baby boomers (nacidos entre 1946 y 1964) se jubilen.
Esta población, que dará el consabido codazo generacional, no concibe la vida off-line, casi que nacieron con un celular entre sus manos, mientras que los millennials crecieron a medida que las pantallas se tomaban nuestras vidas. La mitad de la Generación Z pasa cerca de ¡10 horas! conectados a internet, el 98% tienen huella digital y el 80% se siente estresado cuando se aleja de dispositivos electrónicos.
En cuanto a la concepción laboral, hay enormes diferencias con los millennials, quienes llegaron a la adultez disfrutando los beneficios del crecimiento económico de finales de los 80 y comienzos de los 90; mientras que los de la Z lo hicieron en plena recesión global. Quizá por esto, los primeros enfocan su vida en trabajar para vivir nuevas experiencias y son más idealistas y los segundos son pragmáticos y el ahorro es esencial. Paradójicamente frente a esta hiperconectividad, el 72% se inclina por conversaciones cara a cara.
Según Adecco, los gustos de estos nuevos actores en flexibilidad de horarios y comodidad en los espacios de trabajo, no distan mucho de los millennials, por lo que toda la adaptación que hacen las empresas, enfocándose en factores como el teletrabajo son comunes entre ellos. No obstante, los “Zs” buscan estabilidad financiera y un empleo que les permita tener roles de mayor responsabilidad. El 80% preferiría hacerlo en compañías medianas y grandes.
Aunque aprecian la tutoría y retroalimentación, son propensos a la actualización en temas laborales y, en su educación, son el ejemplo perfecto del DIY (Do it Yourself) pues no están dispuestos a perder tiempo esperando a que otro les resuelva y según Adecco, al 76% les gustaría tener un trabajo con múltiples roles para aprender desde distintos ámbitos.
El punto del desarrollo profesional de la fuerza de trabajo, nos lo recordó hace unos días Myron Brilliant, vicepresidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos. En un foro de AmCham Colombia señaló que este es uno de los cinco pilares en los que trabajan para potenciar los negocios y fortalecer la economía estadounidense. Aprovechó para sugerirle a los empresarios apostarle a lo mismo, pues a mayor talento capacitado, mayor productividad y mejor resultado.
La generación Z llegó. Promete para la economía mundial, por sus ansias de desarrollo, agilidad y pragmatismo. La pregunta es si las empresas sabrán sacarle provecho a esta fuerza. Hay que canalizar en ese potencial.