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Analistas 04/09/2023

Educación para cerrar las brechas

María Claudia Lacouture
Presidenta de AmCham Colombia y Aliadas

Una educación de calidad constituye uno de los mejores mecanismos para reducir las brechas sociales porque brinda a todos los individuos, independientemente de su origen socioeconómico, género, etnia o ubicación geográfica, la oportunidad de adquirir conocimientos y habilidades esenciales para su desarrollo personal y profesional.

Para lograrlo en Colombia, además de fortalecer la educación, hay que repensar la educación, volverla integral, no solo educar para el conocimiento, sino también para incorporar valores, principios y solidaridad, avanzar a un proceso colectivo y abandonar el individualismo.

La formación superior es una herramienta indispensable para desarrollar habilidades, pero debe adaptarse a la pertinencia del mercado laboral, tanto en los conocimientos generales como en el desarrollo de oficios específicos con habilidades particulares, además de las habilidades blandas como los idiomas y la aplicación de nuevas tecnologías.

Otro factor esencial es avanzar hacia la educación integral, con un enfoque holístico que incorpore las dimensiones física, emocional, intelectual y social, con énfasis en los principios y valores que promuevan respeto, tolerancia, solidaridad y colaboración. Al adoptar este enfoque se busca formar personas más equilibradas, éticas, conscientes y capaces de afrontar los desafíos de la vida de manera más satisfactoria y constructiva y más beneficiosa para la nación.

La educación proporciona las herramientas necesarias para que las personas mejoren su situación económica, les permite acceder a mejores empleos remunerados, las empodera para tomar decisiones informadas en diversos aspectos de sus vidas, desde cuestiones de salud y bienestar hasta participación política o comunitaria.

La educación promueve la comprensión mutua y el respeto a las diferencias, lo que contribuye a la reducción de tensiones sociales y conflictos, además de que estimula ideas innovadoras, emprende negocios, contribuye al desarrollo económico de una sociedad en su conjunto y estimula la adopción de comportamientos saludables.

La educación tiene un efecto multiplicador, crea círculos virtuosos de conocimiento y empleo, incrementa la movilidad social y por ende el crecimiento. Hoy la movilidad social en Colombia requiere hasta once generaciones para que las personas nacidas en las familias más pobres puedan alcanzar un nivel de ingresos promedio.

Pocos ámbitos de la humanidad necesitan tantos y tan profundos cambios de paradigmas como la educación. Hoy las tecnologías de la comunicación están a su servicio y la urgencia de cerrar las brechas sociales hace las transformaciones urgentes. El acceso a la educación sin distinciones constituye el camino más expedito hacia un mundo más justo, con igualdad de condiciones, sin discriminación y sin obstáculos.

Colombia vive momentos disruptivos, con mujeres que han logrado espacios importantes y jóvenes que se abren paso. En este punto tenemos que dedicarles mucha atención a los nuevos paradigmas de la educación que se presentan en este momento porque de lo contrario habremos dejado a la deriva una generación perdida.

Como mencionó Nelson Mandela, “la educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo”, y en Colombia necesitamos más educación pertinente, integral y sin ideología para aportar al objetivo de reducir las brechas sociales, el mayor reto de nuestro país.

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