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Analistas 25/01/2023

2023: cuestión de liderazgo

María Fernanda Suárez Londoño
Presidenta de Accenture Colombia
Analista LR

Empieza el año 2023 y con él los propósitos personales y la lista de nuevos desafíos en el campo empresarial. El arranque del 2020 con la pandemia de Covid-19 marcó el mayor cambio de tercio, como mínimo, de los últimos 25 años. El mundo en el que se han desarrollado los negocios y las empresas, desde inicios del siglo XXI, se ha transformado en todos los frentes.

Resulta complejo recordar un escenario tan incierto como al que nos estamos enfrentando, con giros simultáneos en la economía, la política, la tecnología, la salud, el clima y alteraciones profundas en el comportamiento humano.

Este año empieza con más preguntas que respuestas. Se trata de una época con alta inflación, guerra, polarización, virus y desinformación. Con certeza, las empresas ganadoras serán las que tengan el mejor talento, un desafío mayúsculo. La tendencia denominada “la gran renuncia” indica que más del 90% de los empleados ha considerado cambiar su trabajo o ha pensado redefinir su profesión. Vivimos una década que requiere a los mejores líderes al frente de las empresas, aquellos capaces de crear y cultivar una cultura que asegure la capacidad y el entusiasmo de la tripulación para navegar acertadamente en medio de aguas convulsas.

De acuerdo con el profesor John P. Kotter de la Universidad de Harvard y voz líder mundial en liderazgo organizacional, este no se limita a lo que pueda aportar un directivo carismático. “Se necesita visión, oportunidad, agilidad, inspiración, pasión, innovación y celebración. No solo gestión de proyectos, revisión de presupuestos, relaciones jerárquicas, compensación y compromiso respecto a un plan establecido. Aunque ambos conjuntos de conceptos son cruciales, quedarnos solo con el último no nos garantiza el éxito en un mundo turbulento”, afirma.

Según Kotter, “las empresas impulsadas por fuerzas internas poderosas, lo son gracias a una estructura en red ágil y requieren un liderazgo distinto”. Entonces, ¿qué se espera de los líderes? El liderazgo ya no se basa en el comando y control clásicos, sino que evoluciona en función de la cultura que se crea para atraer, retener y conectar a los colaboradores con el propósito corporativo y los desafíos.

El estudio ‘El arco hacia el nuevo liderazgo’ de Accenture, en el que se analizan los ciclos de gran renuncia y gran conexión que están atravesando las empresas de todos los sectores y tamaños, destaca tres recomendaciones para crear culturas ganadoras a través del liderazgo moderno: integral, conectado y ágil.

El liderazgo integral está centrado en el propósito de la organización y su papel en la sociedad, considerando el contexto más amplio, desde las condiciones económicas hasta la realidad política, los movimientos de justicia social, la urgencia ambiental y el vertiginoso cambio tecnológico. Los líderes integrales son capaces de reconocer estas presiones, adaptarse y adaptar a sus organizaciones. Para ello es indispensable conectar su inteligencia en los negocios con su inteligencia emocional.

El liderazgo conectado genera cohesión. Para que los colaboradores puedan dar lo mejor de sí mismos y producir mejores resultados de negocio y para la sociedad, es necesario motivarlos y promover la co-creación y la acción colectiva.

Las acciones individuales ya no son suficientes y es imprescindible trabajar en ecosistemas. Es necesario que las compañías apuesten por la construcción de valor 360, en la que la conexión y satisfacción integral del empleado es fundamental.

Y, por último, el liderazgo ágil exige formar un entorno altamente innovador y descentralizado; esto abarca un grado de confianza y experimentación, especialmente importante en tiempos de incertidumbre. Los líderes ágiles promueven la mejora y lainnovación como cultura, incentivan a la gente a pensar en grande y a desafiar permanentemente el statu quo; al tiempo que ofrecen oportunidades para generar cambios, así como la libertad de fallar y aprender. Los lideres deben ser catalizadores del
cambio.

Los líderes alientan a sus equipos a una toma de decisiones que tenga siempre al cliente en el centro; promueven un sistema que maximice las decisiones acertadas brindando a los equipos información, herramientas y nuevas habilidades, y ponen la colaboración como principio fundamental de la cultura, asegurando diversidad en los equipos y rompiendo silos. La agilidad es crucial, sobre todo en organizaciones grandes con jerarquías, procesos, sistemas y reglas complejas, que son un obstáculo para las transformaciones.

El 92% de los ejecutivos a nivel mundial considera que mejorar la cultura organizacional se refleja directamente en el aumento del valor generado por las compañías. Y el 53% de los informes de resultados entre 2020 y 2022 hacen referencia directa a la cultura organizacional como un factor diferencial para mantener o crecer sus ganancias.

El fenómeno de la gran renuncia cobra así un nuevo sentido. Aunque muchos trabajadores se moverán, otros están en búsqueda activa de una conexión para su desarrollo personal y profesional. Es tarea de los líderes impulsar esa conexión y el tránsito hacia nuevos escenarios de talento, competitividad y valor para los negocios.

Los lideres debemos evolucionar en nuestro rol, entender el desafío de conducir organizaciones con generaciones diversas, desde baby boomers hasta centennials, y en donde, en particular, a los más jóvenes los mueve más el propósito y el impacto, que el dinero y el cargo.

Los líderes de hoy estamos llamados a promover organizaciones omniconectadas entre sí y con el mundo. Solo si los lideres abrazamos este nuevo desafío, será posible evolucionar la cultura de las organizaciones y transitar exitosamente los desafíos del siglo XXI.

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