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La competitividad constituye uno de los principales motores del desarrollo a nivel mundial. Sin embargo, hablar de competitividad no implica sólo enfocarse en aumentar el producto interno bruto o la productividad per cápita, también incluye el vivir mejor. Es más, hoy se entiende la competitividad en un sentido amplio donde entran en juego variables de todo el ecosistema de negocios, así como la eficiencia del sector público, la transparencia de las instituciones, la fortaleza del sistema educativo y el capital humano.
Los países del mundo han generado múltiples herramientas para identificar cuáles son los “detonadores” de la competitividad y el desarrollo, ya que son considerados las bases más importantes para elevar el nivel de vida y el bienestar de sus ciudadanos.
Una de estas herramientas es el Índice de Global de Competitividad del Foro Económico Mundial, que en los últimos cinco años ha tenido en su top 5 a Suiza, Estados Unidos, Singapur, Alemania y Países Bajos. Algunas de las fortalezas que comparten estos países son: la preparación y capacidad para la creación y transferencia tecnológica, foco en la innovación y la sofisticación de los negocios, así como generación de productos con alto valor agregado, instituciones de gobierno sólidas y transparentes, un sector público altamente eficiente, sistema educativo sólido, e infraestructura de alta calidad. En este índice, Colombia se encuentra en el puesto 60 entre 140 países.
Un instrumento que emula el Índice Global, es el Índice de Competitividad de Ciudades de Colombia, elaborado por el Consejo Privado de Competitividad y la Universidad del Rosario. En su versión 2019, Cali ocupa el 4° lugar entre las 23 ciudades estudiadas, por detrás de Bogotá, Medellín y Bucaramanga. A pesar de ser la tercera ciudad más importante del país, aún hay espacio por mejorar en términos de desarrollo económico y tenemos brechas importantes tanto en educación básica y media, como en eficiencia de mercados, especialmente en entorno para los negocios.
Por décadas, Cali acogió una buena parte del sector empresarial vallecaucano; que siempre se ha caracterizado por ser un sector fuerte y consolidado. Sin embargo, el crecimiento constante, las nuevas visiones y la redistribución del espacio, han llevado a Cali a repensarse, ya no como nido industrial, sino como nodo de desarrollo. Cali es hoy en día un nodo articulador de personas, empresas, bienes y servicios bajo una perspectiva de ciudad-región. Diversas empresas se han desplazado a municipios y regiones aledañas, pero el punto de convergencia en el Pacífico sigue siendo Cali.
Una ciudad con tal vocación de ser articulador con perspectiva de ciudad-región necesitaba un instrumento de planeación con perspectiva regional. Recientemente, el Concejo de Cali aprobó la Política Pública de Desarrollo Económico, que da cuenta del llamado que tiene Cali como articulador de en un ecosistema de ciudades, además de ser herramienta para continuar generando crecimiento y desarrollo para la región y el país.
En ese sentido, la Política se enfoca en convertir a Cali en una Ciudad del Conocimiento a través de impulsar el desarrollo empresarial y el clima de negocios para las cadenas de valor más estratégicas. Esta visión hace que temas como la Economía Digital, la Economía Creativa y la Economía Sostenible cobren una alta relevancia y sean los principales ejes sobre los cuales se estructura esta política. Así mismo, el enfoque de Ciudad - Región robustece las relaciones funcionales que actualmente tenemos entre Cali y los municipios vecinos y nos permite pensar en estrategias metropolitanas de desarrollo y apostarle a proyectos de gran envergadura.
Por último, debemos seguir aunando esfuerzos para consolidar un sistema educativo sólido para la ciudad y para la región. La articulación entre la academia y el sector privado desde etapas tempranas del proceso educativo propicia que los programas académicos se ajusten a las necesidades reales del territorio y del mercado en el corto y mediano plazo. Asimismo, identificar competencias y nuevos conocimientos que debemos impartir a nuestros niños y jóvenes para contar con un capital humano preparado; estar a la vanguardia en el sector educativo es una condición del desarrollo indispensable para generar transformaciones exitosas y duraderas en la estructura productiva y de planeación para seguir construyendo la ciudad que anhelamos.
En Cali y la Región debemos seguir trabajando en grandes procesos en términos de competitividad, proyectos ambiciosos y derroteros que apunten a generar un entorno favorable para el desarrollo económico y social. Más que avances, la región requiere verdaderos saltos cualitativos y cuantitativos que permitan poner el territorio y la población en “punta de lanza” del desarrollo nacional.