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Analistas 17/03/2023

Salud mental y entorno laboral

María José Zuleta González
Profesora Inalde Business School
Maria-Jose-Zuleta

Martín Vega es directivo en una empresa mediana de servicios digitales. Tiene a su cargo doce personas que le reportan directamente por tareas operativas. Él, a su vez, le reporta a un subgerente que coordina cuatro unidades más. El subgerente es amable y comprensivo; hace reuniones semanales, espacios gratos en los que se presentan resultados y se conversa con gran camaradería.

Martín está casado, tiene dos hijos encantadores que pasan mucho tiempo jugando, llenos de alegría. La esposa de Martín lo quiere mucho, es paciente y calmada y trabaja como fonoaudióloga, con éxito profesional y financiero. A pesar de que todo parece estar bien, Martín está muy angustiado. Los domingos por la tarde se siente mal, le duele la cabeza y tiene mareos, come con angustia y a veces se encierra en el baño a llorar de manera desconsolada. Su esposa no sabe cómo ayudarle, la razón indicaría que todo está bien y que Martín debería sentirse a gusto y tranquilo. Así son las tensiones de Martín, inexplicables y reales. ¿Algún compañero suyo habrá notado que le pasa algo? ¿Tendría que reportarlo o compartirlo con alguien de confianza?

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, antes de la pandemia casi mil millones de personas sufrían alguna enfermedad mental diagnosticable. Después de la emergencia provocada por el covid- 19, esta cifra se ha incrementado en 26%, especialmente en depresión y ansiedad. Por supuesto, esto no es ajeno al entorno laboral.

Hoy más que nunca, todos estos son temas fundamentales: todas las personas podremos estar alguna vez atrapadas en un dolor inexplicable. Si el tema es tratado con claridad, de manera preventiva posiblemente nadie tendría vergüenza de contar que se siente indescriptiblemente mal. Si hay líneas de comunicación establecidas y socializadas, será más fácil acudir a alguien en busca de escucha o de consejo; si hay profesionales a cargo de la ayuda y el soporte, habría menos sufrimiento de impacto laboral.

No hace falta pensar en si uno causa el estrés laboral en los otros, si nos sabemos amables, comprensivos, atentos y justos sino ver con empatía el momento difícil de los otros y apoyarlos. Es muy importante disponer en cada organización de un protocolo real y posible de acompañamiento para quienes lo necesiten. Con personal tranquilo y calmado, las empresas serán más productivas y con un ejercicio de genuino interés por las personas, las organizaciones y la sociedad serán mejores.

Es necesario que quienes conforman la alta dirección entiendan que estos problemas son reales y, con ello, se conviertan en verdaderos líderes que con su ejemplo, responsabilidad, coherencia y empatía afronten las diferentes realidades que viven sus empleados que, ante todo, son seres humanos con alegrías, pero también con inquietudes y dolores.

Marcela Velasco, vicepresidenta de Recursos Humanos de Data Crédito Experian, propone:

1.Hablar abiertamente de la salud mental; 2. Fortalecer un buen clima organizacional; 3. Implementar procesos de educación en salud mental; 4. Brindar apoyo especializado; y 5. Gestionar espacios que prevengan el estrés.

No lo olvidemos nunca: es legítimo sentir lo inexplicable y, entonces, es imperativo pedir ayuda.

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