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En los últimos meses se ha evidenciado que ningún sistema de salud en el mundo estaba preparado para enfrentar la crisis por el covid-19. El sector está atravesando por una situación compleja, especialmente en América Latina, en donde las fallas de los sistemas se han hecho aún más evidentes experimentando quiebres con consecuencias que durarán aún más que la pandemia.
En lugar de sacar a la superficie problemas nuevos e intrínsecamente diferentes, esta emergencia ha servido de catalizadora de factores que siempre estuvieron ahí, aunque de alguna manera latentes. Por eso, ahora es necesario que los distintos actores aceleren los cambios y aborden los puntos débiles del sistema que dieron como resultado reacciones tardías, colapsos operacionales, contagios innecesarios, agotamiento del personal y lo más lamentable, las muertes evitables.
El trabajo colaborativo de la mano de las más prestigiosas instituciones hospitalarias de América Latina y expertos del mundo entero nos ha permitido reunir los conocimientos, principios y prácticas clave que pretenden ayudar a los distintos actores del sector a planificar el futuro de la prestación en salud, con foco en la seguridad del paciente y la sostenibilidad del sistema.
Este contenido busca promover una hoja de ruta para una transformación hospitalaria hacia la sostenibilidad, y así, brindar apoyo a los distintos actores de los sistemas de salud, que deben navegar en un entorno complejo e incierto. El enfoque sugerido no se centra en una solución universal, sino que propone tres pilares para la reconfiguración del sistema: la deslocalización de la atención de salud; la creación de alianzas para una óptima coordinación del cuidado del paciente, y los nuevos modelos de pago para la sostenibilidad de los sistemas.
El primero de ellos, la deslocalización, sugiere un modelo de atención más cerca de donde se encuentre el paciente. Se propone que los hospitales transformen sus modelos de negocio migrando a una oferta de atención presencial más limitada, enfocada en pacientes de alta complejidad, y aumentando la oferta virtual, por lo que gran parte de las prestaciones de salud se alejarían del entorno hospitalario. La deslocalización planteará una oportunidad para rediseñar la ruta del paciente.
El segundo punto propone las alianzas entre los prestadores de atención médica actuales y los nuevos participantes, desdibujando fronteras de países, con el fin de compartir experiencias, crear conjuntamente modelos de salud sostenibles, adoptar tecnologías y mejorar la eficiencia de los procesos y la coordinación entre varias áreas responsables de llevar a un siguiente nivel la experiencia del paciente.
Como tercer punto, los modelos de pago basados en valor serán protagonistas para la sostenibilidad de los sistemas de salud. Los pagadores, los prestadores, los profesionales de la salud y la industria colaborarán para reducir el desperdicio económico que es de alrededor de 25%, según la American Institute of Medicine (OIM).
Para honrar los esfuerzos de todos los afectados, se plantea este intento de reconfigurar la infraestructura de atención médica para el futuro, que permita ofrecer un servicio a la altura de la evolución en que vivimos.