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Analistas 02/12/2023

Hagámonos cargo

María Mercedes Carrasquilla
Vicepresidente de Gestión Humana y Administrativa de Terpel

La responsabilidad es un concepto que ha estado presente en nuestro día a día desde la infancia. Nuestros padres, el colegio y hasta los libros se han encargado de reforzarlo y evidenciar su importancia para la vida en sociedad.

Sin embargo, es común identificar su ausencia en comportamientos cotidianos: está el vecino que organiza fiestas con la música a todo volumen hasta altas horas de la noche, el conductor que maneja con un par de cervezas en la cabeza porque asegura que se siente “perfecto” o el compañero de trabajo que siempre llega tarde a las reuniones por “culpa del tráfico”.

Hay miles de ejemplos, en los cuales la responsabilidad, o mejor, la habilidad para responder se pierde entre excusas, largas historias o simples suposiciones. Y el ámbito corporativo no es la excepción.

Hace un par de décadas, las empresas vivían inmersas en la cultura “acá siempre se ha hecho así”. Los resultados: buenos, regulares o malos, respondían a la tradición de los procesos y no necesariamente a la gestión de los equipos.

Por fortuna, hemos evolucionado a esquemas de trabajo más amplios y empoderados, en los que todas las áreas impactan en el desempeño de cualquier compañía. Todos somos responsables, en una u otra medida: es un concepto transversal.

En inglés el término “accountability” remite precisamente a una cultura donde las personas asumen sus responsabilidades y las consecuencias de sus acciones, sus decisiones y su desempeño. Es decir, se “hacen cargo”. Aunque no existe una traducción literal, en español, se puede entender como la acción de sumar, de hacerse cargo de las acciones (u omisiones) y de construir una relación basada en la confianza y transparencia para obtener mejores resultados en equipo. Warren Bennis, especialista en estudios de liderazgo moderno, define este concepto como “la capacidad de transformar la visión en realidad”, en la medida en que lleva a los líderes a ser quienes desde su ejemplo demuestren cómo la proactividad y la capacidad de contar con una mentalidad resolutiva, conlleva a mejoras significativas.

El accountability está presente en la cotidianidad corporativa, incluso durante los conflictos, momentos en los que es usual que se descarguen culpas y se expresen excusas por las fallas o errores.

Desde Terpel hemos buscado construir una cultura de trabajo con base en este concepto. Nuestros trabajadores asumen la decisión personal de querer ser mejores, lo que se convierte de forma paulatina en un compromiso colectivo de asumir retos y de alcanzar las metas deseadas en conjunto.

Así, hemos construido un modelo que abre la oportunidad de trabajar para alcanzar resultados a largo plazo desde la responsabilidad, tanto individual como colectiva, apropiándose de los objetivos planteados y los logros alcanzados.

Desde nuestra experiencia, el accountability invita al compromiso, refuerza el valor de la responsabilidad y produce eficiencias en la entrega de resultados.

Hoy, las compañías están haciendo una transición hacia una cultura que les permita a los equipos e individuos, “hacerse cargo”. De esta forma se aumenta la competitividad y fomenta el crecimiento sostenible de las empresas en su entorno.

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