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Un indicador clave de las áreas financieras de las compañías, es la correcta administración del capital de trabajo, que se logra en la mayoría de las veces con la formula: “cobre rápido y pague tarde al menor costo posible”. Ambas actividades complejas que requieren de toda la estrategia y pericia, en varias ocasiones delegada en el tesorero de la empresa.
La actividad de pagar tarde se refiere a la estrategia de alargar los plazos de pago a los proveedores lo máximo posible para obtener liquidez en el corto plazo. Tan buen trabajo han estado haciendo las áreas financieras de las grandes empresas, que comenzando por Chile y ahora Colombia se creó una ley llamada de “plazos justos”, que les obliga a pagar hoy en nuestro país, a máximo a 45 días una vez emitida la factura a las pymes, que se habían visto afectadas por plazos muy largos. En México aún no ha llegado este requisito, todavía vemos pymes expuestas a esperar el pago de un producto que facturó hace 180 días y produjo hace 240 días, que al final se vuelve en un mayor precio de venta.
Sin embargo, no todo está perdido para los tesoreros en épocas de plazos justos, pues el sector financiero ha fortalecido la fórmula de alargar dicho plazo, gracias al diferencial de tasas de interés que existe entre el riesgo de un gran pagador y la pyme. La entidad financiera le desembolsa en pronto pago a la pyme que tiene una tasa más alta, frente al cliente que paga, ya no en 45 días, sino en 60 o 70 días que tiene una tasa de interés corporativa y es el riesgo final de pago.
Pero las cosas se vuelven a complicar para el tesorero con la aparición del Radian. Al que yo le he llamado el “factoring libre”, debido a que el pagador tiene la obligación de enviar los eventos de acuse de la factura y recibo del bien y/o servicios para que la factura sea deducible, eventos que le otorgan la libertad a la pyme, tres días después de aceptar la factura, a descontarla con quien desee comprarla, que no normalmente no es el banco aliado, quien le ha brindado el diferencial de tasas descrito, lo que le implica perder los días adicionales.
Solo existe una cura para el tesorero bajo esta nueva realidad, que es la de convertirse en la mejor alternativa para su proveedor, bien sea porque montó un programa de confirming irresistible en cuanto a velocidad de desembolso, costo y digitalización del proceso. Así, su aliado de financiación de confirming le puede devolver los días adicionales.
La estrategia de ser la mejor opción, igual no lo exime de que se le escapen algunos proveedores con opciones fuera de su control, lo que NO implica que genere estrategias que limiten la circulación, tales como NO enviar los eventos de acuses a tiempo, pues el gobierno esta muy atento a estas prácticas, debido a que le interesa que se genere competencia, y así las Pymes acceden a las mejores condiciones posibles, nada más social.
Así como las empresas en la pasada reforma tributaria recibieron la mayor carga, no creo que exista ahora una mejor manera de apoyar el crecimiento del país que permitir el factoring libre, bien sea porque desarrollan programas de factoring con excelencia, o porque envían los eventos de título valor a tiempo, anticipándose con una buena visibilidad del Radian a prestar igual una buena atención a sus proveedores.