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Analistas 21/12/2022

Los personajes del año

Maritza Aristizábal Quintero
Editora Estado y Sociedad Noticias RCN

Guerras, cambios, desastres naturales. Imponerse con liderazgos en esta época es difícil, se necesitó de mucho más que en otros tiempos pero sobre todo fue indispensable la asertividad y la adabtabilidad. Seguramente más de uno de estos nombres no generará consenso. Más que un balance positivo de lo que hicieron o dejaron hacer, estos personajes se destacaron por el manejo de situaciones difíciles, de crisis y, lo más importante, de la opinión pública. El presidente Gustavo Petro es definitivamente protagonista de 2022. No solo se convirtió en el primer mandatario de izquierda en Colombia, sino que hizo mayorías en el congreso con los partidos alternativos, tendió puentes con los mismos que le hicieron contrapeso en campaña hasta que los convirtió en coalición y construyó un discurso con la oposición con las evidentes diferencias de ideología, forma y método. Más allá de si somos fanáticos o no de sus decisiones él ha sabido manejar de tal forma la opinión ciudadana, que su favorabilidad le da para crear una especie de efecto teflón y anunciar cambios que antes fueron agudamente criticados. Ese permiso se lo tomó por ejemplo con la Reforma Tributaria o con el cambio de la flota de aviones de la Fuerza Aérea. De ahí quiero pasar a los protagonistas en la oposición. Se perfilaron nuevos liderazgos: David Luna y Miguel Uribe, quienes representaron la voz de millones y fueron figura en sus partidos. Pero si hay un personaje aquí es el expresidente Álvaro Uribe. El exmandatario, que sigue siendo uno de los más populares, asumió un papel respetuoso y constructivo. Se ha mantenido en sus principios, y muy a riesgo de caer en la oposición recalcitrante, descomedida o e insolente, prefirió tender puentes, moderar el lenguaje y manejar sus diferencias.

En esa misma línea de cómo se tramitan, aceptan e interpretan nuevas políticas, aparecen otras tres personas. El primero el presidente del Congreso, Roy Barreras, quien se mueve como pez en el agua en las lides legislativas. Conoce, como el más, las tácticas y debilidades de los políticos y logró que el Congreso aprobara en tiempo récord tres Reformas y hasta la regulación de la marihuana, proyectos que en otra época y bajo otra administración no hubieran superado ni medio debate. Sí, su imagen genera cierta prevención pero hay que reconocer que en el Capitolio lideró las discusiones más difíciles muy a pesar de que físicamente está sometido a un riguroso tratamiento contra el cáncer.

Pero en este panorama de cambio, donde una polémica se roba la luz cada día, dos personas dentro del gobierno fueron esa especie de muro de contención y hoy son los voceros tácitos. En economía el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo. Él ha sido el regulador de la incertidumbre que generan anuncios, otras veces es intérprete de oficio de los ministros o incluso corrector de estilo del mismísimo presidente.

El segundo es el ministro del Interior, Alfonso Prada, quien funge de vocero para todos los otros temas. Él mismo ha tenido que asumir los asuntos políticos, de defensa o de justicia, tratando de apagar las llamas incluso en casos tan polémicos como la excarcelación de miembros de la primera línea. Ocampo y Prada son tan distintos al gobierno al que pertenecen que su papel, más que inquietud, representa equilibrio.

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