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Analistas 19/01/2022

No hay Equipo por Colombia

Maritza Aristizábal Quintero
Editora Estado y Sociedad Noticias RCN

Sí, es gente buena; candidatos preparados; tienen resultados para mostrar y títulos que exhibir; han hecho política, conocen el país y el país los reconoce. Saben de seguridad ciudadana, finanzas públicas y de salir a buscar votos; se entienden bien con un empleado asalariado, con un informal, un comerciante o un empresario. Mueven masas -no tantas como las que se necesitan-, despiertan pasiones y tienen discursos coherentes. Lástima que, así como van, ninguno va a ser presidente. Ni la maquinaria que tienen, ni la experiencia, ni las ganas son suficientes. Su liderazgo sumado no es nada al lado del ego y el individualismo de cada uno. Van como una partida de primíparos ególatras que posan de estar en una coalición, por la que no trabajan y en la que no creen. Se hacen llamar Equipo por Colombia, pero la verdad es que de “equipo” poco. Cada uno sale a hacer la declaración de lo que cree y le conviene sin estrategia, sin cálculo y sin consultarlo. No trabajan en programas juntos, no se les conoce una propuesta y aunque empezaron en un recorrido con mucho ánimo por el Pacífico, todo nació como murió: rápido. Óigase bien, entre ellos la comunicación no fluye mucho, más de una vez ha pasado que quieren hablar con Alex Char y él no les contesta el teléfono, responde el chat de vez en cuando y muchas veces no saben si va a aparecer en la reunión por la puerta o por Zoom.

Hay tanto teléfono roto en esa coalición que a más de uno lo cogió por sorpresa la renuncia a la candidatura de Juan Carlos Echeverry. Él los notificó a todos pocas horas antes de que hiciera el anuncio público en medios. A Echeverry le ganó, como a pocos, la sensatez, pero también lo empujó un poco la frustración de no encontrar un equipo. Es más, a Echeverry, que fue quien se inventó esa coalición y que la bautizó como la de “La Experiencia”, lo dejaron ir sin más ni más, sin ofrecerle un cargo: gerente de campaña, jefe de debate o al menos asesor espiritual. Solo le dijeron “lástima y gracias”. Me dicen que él, hoy, una semana después, todavía está esperando que lo llamen para que le digan dónde puede ser útil. Y no se les extrañe que el primero en llamar esté, pero en la Coalición de la Esperanza.

El más reciente error es no haber concretado lo de Óscar Iván Zuluaga: o integrarlo en el tarjetón de la consulta o cerrarle la puerta desde el principio. Aunque la historia se cuenta como que el candidato del uribismo fue maltratado, ignorado y hasta humillado, la realidad es peor: fue desidia, falta de comunicación e incapacidad para tener conversaciones serias lo que llevó a que nunca se definiera algo. El tema siempre quedó pendiente. Al final Óscar Iván, que tiene votos, propuestas y maquinaria, decidió irse por su cuenta, que no es cualquier cuenta. Se lleva los cálculos del uribismo que, despreciado por Char y Dilian, sigue siendo electoralmente una fuerza muy poderosa en el país, aunque tampoco les alcanzaría para llegar solos a segunda vuelta.

Esta es la más perfecta historia de cómo terminar divididos y sin probabilidades. Le están dando la espalda a una coalición que puede dar la pelea en segunda vuelta para terminar con una decorosa aparición de primera vuelta. En todo caso felicitaciones, están siguiendo al pie de la letra el libreto para quedarse con el tercer y cuarto lugar. Eso sí, todavía le pueden dar un giro a esta triste historia.

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