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En la columna de hace una semana les hablaba de la dificultad de ejercer el periodismo en Colombia en medio de los ataques y la estigmatización comandada por líderes políticos que ostentan el poder. Una labor titánica donde tenemos que enfrentar, en soledad, las afrentas a la libertad de prensa mientras campea el silencio y la inacción. Pues bien, en buena hora llega el llamado de atención de la Sociedad Interamericana de Prensa que en su asamblea número 78 dedicó un capítulo especial a lo que pasa en nuestro país.
Un clima hostil contra el ejercicio periodístico que se acentuó en la campaña presidencial y que tras las elecciones, en vez de moderarse, se estableció como costumbre. “El contenido de esos mensajes para desprestigiar la labor de la prensa y asociar a un sector de ella con ideologías extremas, tuvo el potencial de incitar a la violencia contra los medios y sus integrantes”, relata el informe en el capítulo Colombia.
La SIP reseña el asedio a la prensa, los “señalamientos irresponsables” de integrantes del gobierno contra varios medios de comunicación, sus enfilados ataques contra la revista Semana y termina por rechazar lo que parece un capítulo más del programa de gobierno del alcalde de Medellín, Daniel Quintero: una campaña de desprestigio, descrédito y menoscabo a la credibilidad del diario El Colombiano.
La SIP dedica especial atención a este caso y emite una resolución en la que exhorta al mandatario y a su gabinete a “detener los ataques y descalificaciones en contra del periódico y su directora, normalizando las condiciones que deben acompañar al libre ejercicio de la libertad de prensa”. La SIP también insta a las autoridades a “conferir la importancia necesaria a la investigación y el castigo de los culpables de actos de violencia, incluido el acoso contra periodistas en los espacios cibernéticos”.
Este, sin duda, es un esfuerzo importante que eleva un grave caso local a nivel internacional, pero que poco le importó al conminado Daniel Quintero quien, conocido el documento, apuntó a responder con un nuevo ataque a través de su cuenta de twitter: “A todos nos debe preocupar la libertad de prensa. En especial en Colombia en donde los grandes medios han sido comprados por tres grandes corporaciones.” Es decir en vez de corregir, el alcaldes arrecia sus ataques, sin Dios ni ley, sin miedo y con descaro.
Y cómo los salvajes que no van solos, a Quintero lo secundó su exsecretaria de gobierno, María Camila Villamizar, quien con violencia le dirigió este desatinado trino a la directora del El Colombiano, Luz María Sierra:
“¿Le contaron a la Sociedad Interamericana de Prensa que usan el velo de ‘medio de comunicación’ como arma política y trinchera de corruptos que causaron el desastre de Hidroituango en 2018? O, ¿también pretenden engañarlos con la excusa de la #LibertadDePrensa? Sea seria”.
¿Quién detiene a estos personajes que desde el poder se sienten con el derecho de acabar con algo más valioso que su propio ego? ¿Nadie les ha explicado que la democracia, la misma que les ha permitido llegar donde han llegado, tiene otro pilar más importante que es la prensa? Hoy gozan atacándola, pero, señores, su poder es efímero, no vaya y sea que mañana por cuenta su irresponsabilidad y soberbia terminen siendo víctimas de su propio invento.
