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Soplan buenos vientos que nos llenan de optimismo, en medio de la crisis derivada del covid-19. No sólo entramos en una tendencia descendente en la curva de contagios, sino que además presenciamos el destacado desempeño de la construcción, uno de los motores de la reactivación económica. La salud de los colombianos y sus bolsillos empiezan a mostrar recuperación.
Las cifras hablan por sí solas. En abril, en medio de la cuarentena, la venta de VIS llegó a un mínimo de 3.778 unidades. En agosto esta figura superó las 11 mil unidades, convirtiéndose en el mejor dato histórico para este mes.
Nos llenan de confianza estas cifras, porque el sector es gran generador de mano de obra, en momentos en que el desempleo supera 15%. En el mes de julio los empleados del subsector de edificaciones fueron 869.000 -incluso superando el mismo resultado del año anterior (868.000)-, en agosto la cifra subió a 886.000 personas, la más alta desde el mes de abril.
De esta manera, se demuestra que acertamos, con el presidente Iván Duque y el ministro de Vivienda, incluyendo la construcción dentro de los sectores que tempranamente implementaron protocolos de bioseguridad para proteger empleos y salud. Así continuamos con nuestro empeño de convertir a Colombia en un país de propietarios. A principios de julio, 91% de los proyectos se había reactivado en 143 municipios, comprendiendo 92% del PIB edificador.
Redoblamos esfuerzos con medidas puntuales para mitigar los efectos de la pandemia. Por ejemplo, para apoyar a las familias con el cumplimiento de sus obligaciones hipotecarias, la Superintendencia Financiera otorgó periodos de gracia a 49% de los créditos de vivienda y leasing habitacional. También, teniendo en cuenta que el aislamiento obligó a suspender obras afectando cronogramas de ejecución, extendimos por nueve meses la vigencia de todas las licencias de construcción.
Con el Pacto por el Crecimiento y la Generación de Empleo, Gobierno Nacional y sector privado acordamos destrabar 34 cuellos de botella para impulsar el dinamismo del sector. A la fecha, hemos cumplido casi todos los compromisos, entre los que se destacan extensión al incentivo de devolución del IVA para empresas constructoras de VIS, habilitación para que hogares con ingresos entre cero y dos salarios mínimos accedan a subsidio de vivienda hasta por 50 salarios mínimos y la posibilidad de acumular subsidios VIS, con los de las cajas de compensación.
Vamos más allá con nuestro empeño. La pandemia aceleró la imperiosa necesidad de adaptarnos a una realidad más digital. El Ministerio de Vivienda logró interoperabilidad de sistemas de información y redujo el tiempo de asignación de subsidios de 30 a nueve días hábiles. Trabajamos, además, en la reglamentación de operaciones de crédito hipotecario 100% tramitadas digitalmente en notaría.
Así mismo, decidimos acelerar la implementación de tecnologías BIM - Building Information Modeling, que permiten aumentar productividad hasta en 60%, asumiendo en el Conpes para la Transformación Digital e Inteligencia Artificial, el compromiso de utilizar esta funcionalidad en todas las obras públicas, dentro de seis años.
La pandemia puso a prueba nuestra creatividad y tesón. Por ello, como en la navegación, esperamos que los buenos vientos nos conduzcan al puerto deseado: la reactivación segura que facilite la recuperación del empleo salvaguardando la salud y el bienestar de los colombianos.