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Analistas 19/03/2019

Estamos construyendo un país marítimo

Marta Lucía Ramírez
Exvicepresidenta de la República

Colombia cuenta con dos océanos que la rodean y la convierten en un lugar privilegiado. Tiene en el mar Caribe 658.000 km2 y en el Pacífico 330.000 km2, áreas que representan el 44,8% de la extensión total del territorio nacional. Este inmenso mar no solo nos comunica con el mundo sino que es fuente indispensable de vida.

En ese sentido se constituye en espacio de relevancia para consolidar el desarrollo y el bienestar de todos los colombianos. Es por esto que por encargo del Presidente Iván Duque de ejercer la presidencia de la Comisión Colombiana del Océano (CCO) estamos trabajando para generar en todos los colombianos una cultura marítima que permita apropiarnos de este territorio, desarrollando la Política Nacional del Océano y de los Espacios Costeros, y hacer de la Colombia marítima un mejor país.

Hemos creado una estrategia para convertir de manera sostenible los océanos en fuentes de progreso económico y social; y para impulsar la integración, la protección y el desarrollo marítimo nacional que permita, además, impactar en las zonas costeras, en donde se encuentran algunos de los municipios más pobres del país. Hablamos de un total de 47 municipios en 12 departamentos con una extensión de 49.777 km2. Allí habitan más de 5 millones de personas, lo que representa el 11,5% de la población total del país. Es decir, tenemos mucho por cuidar y recuperar.

Y hablo con la certeza de que no se trata de una promesa. Por primera vez en la historia de Colombia se incluye dentro del Plan Nacional de Desarrollo un capítulo denominado “Región Océanos” que convierte el tema marítimo y portuario en parte esencial de la agenda del país. Este mismo interés nos llevó a pensar que dentro de la nueva Misión de Sabios 2019, presentada al país el pasado 8 de febrero, se contemplara un eje exclusivo al estudio de los Océanos con el fin de darles el lugar que se merecen en torno a los grandes beneficios que nos ofrecen.

Desde la Vicepresidencia hemos pensado, entonces, en una estrategia basada en seis líneas de trabajo. Una es la de hacer más atractivo el abanderamiento de buques para los armadores; la otra es la de revivir la industria pesquera involucrando a expertos del Ministerio de Agricultura; la tercera es capacitar a la gente de mar para impulsar su progreso; la cuarta es habilitar y crear puertos, embarcaderos y marinas náuticas, incluyendo el uso de mares como fuente de desarrollo turístico nacional; una más consiste en proteger y promover la investigación científica, biológica y física; y finalmente, fomentar la industria astillera.

Todo esto está acompañado de una estrategia transversal de seguridad integral que garantiza el uso sostenible de nuestros océanos y su explotación solo para actividades lícitas hechas por nuestros conciudadanos, o extranjeros debidamente autorizados, y la protección de nuestras fronteras marítimas.

Hace tan solo unos días sostuvimos la CXVIII Sesión de la Comisión Colombiana del Océano (CCO), la segunda del año, en la que se discutió el trabajo desarrollado por las instituciones miembro de la Comisión y la manera en que el Estado colombiano debe afrontar la atención continua, guiada y estructurada encaminada a promover el desarrollo marítimo y costero nacional, considerando los ámbitos políticos, sociales, territoriales, económicos, culturales y ambientales.

La intención es la inserción productiva del país a nuevos mercados y nuevas oportunidades de negocio en temas de océanos. En ese sentido, la industria astillera juega un rol fundamental, además por la intervención de diferentes áreas del conocimiento como lo son los servicios marítimos, el diseño naval, la industria metalmecánica, el transporte de mercancías y la extracción de materias primas, grandes ganadores de esta apuesta país. Esto sin contar que se trata de una industria generadora de empleo: contamos con más de 13.000 puestos de trabajo entre directos e indirectos.

Es por todo esto que la industria naval colombiana se convierte en uno de los pilares fundamentales del desarrollo económico de la nación. La constitución en el año 2000 de la Corporación de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo de la Industria Naval Marítima y Fluvial Cotecmar, ha contribuido de manera significativa para el crecimiento de esta y es una oportunidad histórica convertirla en un activo de desarrollo empresarial y económico del país.

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