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En el proceso de analizar la evolución de la economía, valdría la pena pensar en todos aquellos factores externos del mundo de hoy que hacen de esta ciencia una multiplicidad de sistemas y modelos influenciados principalmente, ya no por poderes intangibles sino por invenciones humanas como la tecnología.
Estas nuevas dinámicas económicas han influido de manera directa en el surgimiento de compañías que buscan resolver las necesidades de un consumidor de forma sencilla, práctica e inmediata, al mismo tiempo que crea una afinidad por una misión social que se traduce en el simple hecho de colaborar.
Así, en este mundo permeado por la tecnología, nace un modelo económico basado en la colaboración, en el cual la relación oferta y demanda permanece pero trasciende de manera significativa para que nuevas formas de intercambio surjan casi de manera natural y directamente dependiente al desarrollo de nuevas tecnologías. En este contexto, quien ofrece un servicio y quien tiene una necesidad concreta se ha visto beneficiado con el surgimiento de plataformas digitales que facilitan el intercambio de servicios, bienes y/o productos.
Este modelo colaborativo que ha conquistado cada vez más industrias y consumidores se caracteriza por incluir otros aspectos más allá de la moneda como único valor de cambio. Es lo que se ha denominado la creación de fórmulas gana - gana. Bajo esta fórmula podríamos citar muchos ejemplos, como Airbnb o Couchsurfing, entre otras empresas que logran impactar de manera positiva a la sociedad con el servicio que prestan.
En este contexto, surgen en su esencia negocios como las plataformas de movilidad, en donde el éxito no radica solo en el ejercicio de un empresario sino en la manera en que se enganchan un grupo de personas alrededor de una propuesta de valor, bajo la cual todos ganan. La materialización de esto se puede ver en empresas como Beat, que a la fecha ha logrado consolidar una red de más de 438.000 conductores en América Latina, quienes se han visto sus ingresos crecer de manera directa gracias a ser parte de este sistema de colaboración.
En este círculo virtuoso, en el que todos ganan, es interesante analizar cómo se consolida un consumo colaborativo/generoso en el cual todos somos indirectamente altruistas, al momento que impulsamos estas dinámicas donde priman sobre todo las prácticas colaborativas, la asociatividad y el permanecer encausados en temas comunes que generen una mejor calidad de vida para todos.
De hecho en 2011, la Revista Time aseguró que este modelo económico sería una de las diez ideas que cambiaría el concepto de economía en el mundo, y no se equivocó. Esta tendencia económica ha logrado permear de manera directa a los consumidores que ven en este modelo una forma de contribuir al desarrollo y consolidación de una población que se preocupa por generar un impacto positivo en cada acción realizada.
Así, el sencillo acto de elegir una aplicación para movilizarse en la ciudad, de manera indirecta está colaborando con la realización de un sueño de otro individuo que a través de una plataforma pretende cumplirlo. En esta dinámica ambas partes, oferente y demandante, se encuentran beneficiados, equilibrando la balanza entre una oferta y demanda en la cual al mismo tiempo que se satisfacen intereses individuales, en paralelo conseguimos incrementar un bien común.