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Analistas 28/03/2025

Nuevo enfoque para la longevidad

Mauricio Olivera
Vicerrector Administrativo y Financiero UniAndes

Colombia está envejeciendo. No solo porque la esperanza de vida ha aumentado, sino porque cada vez nacen menos niños. El Dane informó que, por primera vez desde que se tienen registros, el número de nacimientos en Colombia cayó por debajo de los 500.000 anuales. En 2024, se registraron 445.011 nacimientos, lo que representa una disminución de 13,7% en comparación con 2023 y una reducción de 32,7% respecto a 2015. Esta tendencia, combinada con el crecimiento de la población mayor de 60 años, está transformando la estructura demográfica del país de manera acelerada. Sobre el envejecimiento, el debate público sigue anclado en la preocupación por el envejecimiento como un problema fiscal, en lugar de ver la longevidad como una oportunidad que debe ser gestionada con mejores políticas.

La respuesta predominante ha sido considerar el envejecimiento como un problema económico. Se teme que el aumento en la población mayor dispare los costos en salud y pensiones, reduzca la productividad y aumente la carga fiscal sobre la población en edad laboral. Sin embargo, esta visión fatalista pasa por alto un aspecto clave: la longevidad no es, en sí misma, un problema, sino una oportunidad mal gestionada.

En lugar de enfocarse en la estructura etaria, es necesario transformar la manera en que las personas envejecen. No se trata solo de vivir más, sino de vivir mejor. Para lograrlo, se requieren cambios fundamentales en las políticas públicas, comenzando por el mercado laboral.

En un mundo donde la tecnología y la automatización avanzan rápidamente, las habilidades adquiridas en la juventud no son suficientes para sostener una vida laboral productiva durante décadas. La educación debe ser un proceso continuo, y los adultos mayores necesitan acceso a programas de formación que les permitan adaptarse a nuevas dinámicas laborales. Como señala un artículo del Economics Observatory, las políticas públicas deben facilitar trayectorias laborales más flexibles, incentivar la actualización constante de conocimientos y combatir la discriminación por edad en el empleo. La productividad no depende solo de la juventud, sino de la capacidad de adaptación y aprendizaje a lo largo de la vida. Se trata de garantizar la educación a lo largo de la vida.

Pero esto no es suficiente si no se aborda el problema de fondo: la salud. Uno de los principales retos es que el sistema de salud está diseñado para tratar enfermedades, no para prevenirlas. El envejecimiento saludable no solo mejora la calidad de vida de las personas, sino que reduce los costos médicos a largo plazo. La inversión en prevención, desde la promoción de estilos de vida saludables hasta la detección temprana de enfermedades crónicas, es fundamental para sostener el sistema sanitario en una sociedad longeva.

Colombia tiene aún una ventana de oportunidad para prepararse. Enfrenta retos similares a los de otros países, pero con particularidades propias, como una alta informalidad laboral y una cobertura de pensiones limitada. Sin políticas adecuadas, el envejecimiento de la población podría profundizar las desigualdades existentes, dejando a una gran parte de los adultos mayores en condiciones precarias. Es hora de cambiar el enfoque.