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Analistas 20/10/2022

El país pierde con anuncios caprichosos

Mauricio Santa María
Presidente de Anif

El análisis de Ricardo Ávila el domingo pasado sobre la situación actual de Ecopetrol es acertado. Ávila muestra cómo los anuncios caprichosos del gobierno en política energética ponen en riesgo el futuro de la empresa más grande del país y destruyen valor para todos. Esos anuncios agravarán la inflación, encarecerán mucho más la tasa de cambio y crearán incentivos para una recesión.

En estas líneas, traigo a colación la reflexión que publiqué en Twitter hace un par de días para profundizar sobre el tema. Lo primero que debemos decir es que entre el 13 de junio y el día de hoy Ecopetrol ha perdido casi un tercio de su valor, a pesar de su buen manejo y excelentes resultados -para 2022 se proyectan ventas y utilidades sin precedentes-. Esto no solo es grave para la empresa, sino para miles de colombianos que son dueños de 12% de las acciones, directamente o a través de las AFPs, y quienes han visto cómo en cuatro meses sus activos se desvalorizan 30%.

En ese mismo sentido, se presenta algo más grave aún. La rentabilidad de las cuentas individuales de pensiones se ha desplomado, lo que afecta el valor de su mesada pensional futura. Los caprichos del gobierno se convierten en problemas reales.

Pasamos a un segundo punto. En los últimos diez años, la minería ha aportado en promedio entre 2 y 2,5% del PIB a las finanzas tanto nacionales como territoriales. Esos recursos han sido una fuente esencial para financiar las inversiones en salud, educación, infraestructura, etcétera. Vienen entonces las preguntas que muchos nos estamos haciendo en este momento: si esa plata se empieza a reducir ¿cómo se reemplazará? ¿Con otra reforma tributaria en medio de una recesión? Absurdo.

Y ahí no para la cosa. La gran vulnerabilidad actual del país es un déficit externo que oscila entre el 5 y 6% del PIB, situación que se agrava si se tienen en cuenta las posibilidades de una recesión mundial. Tomando en cuenta esta situación, debilitar y poner en riesgo nuestra principal fuente de divisas no tiene ninguna lógica y es un completo disparate. Con nuestro déficit externo actual y sin un reemplazo de ingreso de divisas en el mediano plazo, vamos camino a una crisis cambiaria muy fuerte, las importaciones se encarecerán y lo mismo pasará con la deuda. Esto solo nos puede llevar ad-portas de una crisis interna severa

¿Para qué entonces este inmenso sacrificio? Es claro que NO vamos a hacer una contribución a la reducción de la crisis climática. Colombia contribuye con 0,6% de los gases de efecto invernadero y la mitad de ese pequeño número se da debido a la deforestación, no a las emisiones.

Termino con una visión de futuro tal cual la publiqué en Twitter. En unos 2 o 3 años, cuando importemos gas y otros energéticos porque la inversión se fue, un señor o señora se levantará para el trabajo y no podrá calentar el café porque no hay gas, lo mismo le pasará al dueño de un restaurante o de un taxi.

Todos ellos se preguntarán ¿oiga, por qué no hay gas? Y les dirán: porque lo importamos y el país de origen hoy no pudo mandarlo. Pero ¿por qué importamos si tenemos tanto? Y la respuesta será: porque hace unos años unos funcionarios quisieron cambiar el mundo a costa nuestra.

La transición energética hay que hacerla de manera ordenada, con un período de transición largo y planificado, con diálogo y no a punta anuncios desordenados que ya hicieron bastante daño.

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