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Las calles no son de la izquierda, como así quiere Gustavo Petro que crean sus adeptos. Las calles son de todos y ahí tenemos el derecho a manifestarnos y a rechazar un gobierno que poco a poco (sin sorpresa, claro está) muestra su verdadero talante e intenta imponer sus reformas a las malas mientras amenaza con que si no le son aprobadas, serán las calles el lugar en el que el pueblo alzará su voz y las defenderá.
Reza un refrán popular que “desde el desayuno se sabe cómo será el almuerzo” y Petro nos lo advirtió desde la campaña con su proceder. Mientras promovía el caos a través del denominado “estallido social”, hacia alianzas con los Benedetti, Barrera y compañía con el fin de asegurar el triunfo, el mismo que hoy se encuentra cuestionado por posibles financiamientos ilegales.
Hace unos días el gobierno salió a marchar. Los colombianos fuimos testigos de una acción desesperada que busca continuar rompiendo la institucionalidad. Funcionarios públicos fueron invitados (¿obligados?) a salir a la calle como muestra de apoyo a las políticas del presidente. Con un discurso incendiario, en el que ni los ministros se salvaron, Petro ratificó sus posturas radicales y dejó un mensaje: se hace como yo digo o a las más malas.
El proceder de Gustavo Petro nos pone en alerta como sociedad y nos plantea el reto de no permitir que nos impongan medidas inconvenientes solo por el miedo a lo que puede pasar si el Presidente no logra sus tan anhelados cambios. ¡No señor! Desde Antioquia y, estoy seguro, desde muchos rincones del país le dejamos un mensaje: no le tenemos miedo.
Los de la derecha también estamos en la capacidad, y ya lo hemos hecho en varias ocasiones, de salir a las calles y demostrar que estamos unidos. Las marchas y las protestas han sido a lo largo de la historia una vía efectiva para lograr cambios significativos en la sociedad y el que buscamos el próximo 20 de junio es el de unirnos en una sola voz que represente a todos los sectores que no están dispuestos a permitir que destruyan a Colombia.
Este martes 20 de junio, ciudadanos conscientes y con diferentes perspectivas nos uniremos en una causa común: Colombia. Alzaremos la voz y ella, por más que lo quiera el gobierno, será imposible de ignorar. Estas manifestaciones pacíficas serán la evidencia de la fuerza y el poder de la sociedad en pro del interés general.
Son estos espacios en las calles lugares para fomentar la solidaridad y la construcción de redes de apoyo entre los manifestantes. Al unirnos estamos compartiendo nuestras experiencias y nos damos la oportunidad de escuchar las voces de otros. Marchar nos fortalece como sociedad y nos muestra que no estamos solos y que juntos podemos lograr lo que nos propongamos.
Los invito a marchar. Los invito a alzar la voz y rechazar las políticas de un gobierno que nos quiere empujar a hacia un trasnochado socialismo. Los invito a no tener miedo y a pensar en que el país que logremos salvar hoy es el que disfrutarán nuestros hijos mañana.