MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
China consolidó su posición como un actor dominante en las cadenas de suministro globales, especialmente en sectores críticos como los semiconductores y otros productos tecnológicos. Esta hegemonía se debe tanto a su capacidad para producir componentes a gran escala como a su control sobre materias primas estratégicas, como el níquel y el cobalto. Estos son esenciales para la fabricación de baterías y chips avanzados.
Huawei, por ejemplo, es fundamental en la construcción de una cadena de suministro autosuficiente en China, gracias a inversiones masivas y políticas gubernamentales que promueven la independencia tecnológica. Esta autarquía le permitió el control sobre una gran parte del mercado global de alta tecnología.
Ante la creciente competencia geopolítica, particularmente con Estados Unidos, China utiliza su posición para presionar, limitando el acceso a componentes críticos o manipulando los flujos de materiales esenciales. Esto es especialmente relevante en el contexto de la inteligencia artificial (IA), donde los chips avanzados y otros componentes tecnológicos son centrales. Estados Unidos, consciente de esta vulnerabilidad, implementa una serie de restricciones para evitar que China obtenga acceso a tecnologías avanzadas, incluidos los semiconductores de última generación y el equipo necesario para fabricarlos.
Iniciativas para Reducir la Dependencia de China
Estados Unidos y otros países toman medidas para reducir su dependencia de las cadenas de suministro chinas. La aprobación del “Chips and Science Act” en 2022 es un ejemplo claro de estos esfuerzos. Esta ley ofrece subsidios a las empresas de semiconductores que invierten en la producción local, con el objetivo de reducir la dependencia de las fábricas chinas y construir una cadena de suministro más segura y resiliente. Empresas como Tsmc y Samsung respondieron a estos incentivos, invirtiendo en nuevas plantas de fabricación en Estados Unidos y otros países aliados.
Además, Japón también incentiva a sus empresas a expandir sus operaciones en el sudeste asiático para crear cadenas de suministro alternativas. Por ejemplo, Isuzu y Mitsubishi desarrollan proyectos en Tailandia enfocados en la producción de vehículos eléctricos y la creación de infraestructura para el intercambio de baterías.
El control chino sobre las cadenas de suministro puede tener consecuencias graves. En la actualidad, varias tecnológicas dependen de los suministros chinos. Un claro ejemplo de estos riesgos se observó durante la pandemia de covid-19, cuando las interrupciones en la cadena de suministro desde Oriente causaron escasez global de equipos médicos y electrónicos. Otro ejemplo es la escasez global de semiconductores que comenzó en 2020, exacerbada por el control chino sobre varias etapas de la producción y el suministro de materias primas esenciales. Este faltante afectó a la industria automotriz mundial, causando retrasos en la producción y pérdidas económicas.
La Necesidad de una Desconexión Acelerada
Ante estos desafíos, los países occidentales aceleran la desconexión de las cadenas de suministro chinas. Si no se toman medidas para diversificar y asegurar estas cadenas, la dependencia resultará en un daño económico mucho mayor en el futuro. Un ejemplo histórico de la falta de acción oportuna es la dependencia de Europa del gas ruso.
Durante años, el continente ignoró las advertencias sobre la vulnerabilidad de tener un solo proveedor de energía. Esta inacción resultó en una crisis energética cuando Rusia limitó el suministro de gas y obligó a una búsqueda apresurada de alternativas.
De manera similar, si la comunidad internacional no actúa rápidamente para establecer cadenas de suministro alternativas en sectores tecnológicos críticos, enfrentará consecuencias económicas y estratégicas mucho más severas en el futuro. Las tensiones en torno a Taiwán, un actor clave en la fabricación global de semiconductores, subrayan aún más la urgencia de esta tarea. Una posible interrupción del suministro taiwanés debido a un conflicto con China tendrá un impacto devastador en la economía global, dado el papel central de Taiwán en la fabricación de chips avanzados.