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Uno de los más complejos asuntos que debemos combatir todos los días en la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá es la desinformación que a diario se divulga por diferentes medios de comunicación y redes sociales, sin embargo, cuando las noticias falsas son generadas por altas fuentes, esta tarea se convierte en un desgaste administrativo que afecta el buen nombre y el normal funcionamiento de la Empresa.
Esta semana la cuota de desinformación corrió por parte del presidente Petro quien, sin ningún fundamento técnico, aseguró que en marzo del próximo año Bogotá se quedaría sin agua, una afirmación que no solo resulta irresponsable, sino que genera un pánico innecesario entre la población.
Por la tranquilidad de la ciudadanía y para desmentir al señor presidente, es preciso aclarar que Bogotá cuenta con tres sistemas de abastecimiento: Chingaza, con los embalses de Chuza y San Rafael; Agregado Norte, con Sisga, Neusa y Tominé y el Río Bogotá; y Agregado Sur, con Chisacá y La Regadera. La interconexión de estos sistemas nos permite tener varias fuentes para abastecer de agua a Bogotá. Además, tenemos la modernización de la Planta de Tratamiento de Agua Potable de Tibitoc que permitirá, a partir de marzo de 2025, entregar alrededor del 50% del agua que requiere la Capital.
Por otra parte, el día cero no significa que el agua se acabó, como lo señala el primer mandatario. Esta expresión, recomendada por el Banco Interamericano de Desarrollo -BID-, corresponde a una alerta temprana para indicar el momento en que el sistema Chingaza habrá llegado a un nivel de 36%. Solo en ese momento evaluaremos técnicamente las posibles opciones de modificación a las medidas de racionamiento, para volverlas más restrictivas y así garantizar el cuidando el agua.
Las acciones técnicas implementadas, la infraestructura de abastecimiento que tenemos, nuestra estrategia de racionamiento y la contribución de toda la ciudadanía con el consumo responsable, son datos ciertos que descartan cualquier riesgo de que Bogotá se quede sin agua en marzo de 2025.
También hizo carrera la mentira difundida por el Presidente el pasado mayo cuando dijo que “la calidad del agua de Bogotá es peor que la de muchas comunidades de La Guajira”, información que desmentimos en su momento con la publicación de los resultados del Índice de Riesgo de Calidad de Agua ,Irca, que demostró cómo la calidad del agua que suministramos está dentro de los parámetros considerados como agua apta para el consumo humano; información avalada, además, por el Sistema de Información para Vigilancia de la Calidad del Agua Potable -SIVICAP- del Instituto Nacional de Salud, una entidad adscrita al Ministerio de Salud y Protección Social.
No menos grave fue el falso rumor que circuló en redes sociales al indicar que el agua que le faltaba a Bogotá se la estábamos vendiendo a Coca-Cola y que el alcalde Carlos Fernando Galán hacía parte de la junta directiva de esa empresa, otra información sin fundamento que usaron las bodegas opositoras a esta Administración y que fue replicada por algunos congresistas afines al Gobierno Nacional. Por enésima vez reiteramos que el agua que usa esta multinacional ubicada en La Calera corresponde a una concesión otorgada por la CAR en 1984 y que nuestro alcalde mayor no tiene vínculos con esta industria.
Esta no es una recopilación de todas las fake news que debemos combatir a diario, son apenas unos ejemplos sobre la manera en que una mentira logra destruir meses de trabajo duro, como el que venimos haciendo sin descanso en el Acueducto de Bogotá para afrontar la crisis más compleja de abastecimiento de los últimos 40 años.
A nuestros usuarios y a toda la ciudadanía les digo, con absoluta seguridad, que seguiremos enfrentando las mentiras con argumentos, porque dato mata relato.