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El compromiso de la ciudadanía con el ahorro de agua es evidente. Aunque en algunos sectores de Bogotá nos falta ser más juiciosos, especialmente los días en los cuales no tenemos restricción del servicio, destacamos la conciencia que la mayoría de las personas tiene sobre la disminución del nivel de los embalses ocasionada por la ausencia de lluvias.
Sin embargo, mientras la gran mayoría de ciudadanos estamos ahorrando agua, otros avivatos se la están robando.
Durante el primer semestre de este año la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, Eaab, realizó más de 1.000 visitas efectivas a diferentes predios, lo que nos permitió identificar defraudación por parte diferentes usuarios residenciales y comerciales, en varios puntos de la ciudad.
Acciones con las que hemos logrado recuperar más de un millón de metros cúbicos de agua, que equivalen a 327 piscinas olímpicas.
Y con la gestión de estos cobros, la Empresa espera recuperar unos $6.900 millones.
Este tipo de conductas se tipifican en el Código Penal como delito de “defraudación de fluidos”, aplicado a quienes, mediante cualquier mecanismo clandestino, alteran los sistemas de control o contadores de servicios públicos; delito que da cárcel entre 16 y 72 meses y multas de hasta 150 salarios mínimos legales vigentes.
Pero no debe considerarse un delito menor, mucho menos en el escenario en el que actualmente se encuentra Bogotá cuando está a punto de enfrentar el año más seco para el sistema Chingaza en los últimos 55 años y completa más de 150 días con diferentes esquemas de racionamiento, los cuales nos han ayudado a salvaguardar el agua que consumiremos en lo que resta del 2024 y durante 2025.
En este panorama queremos destacar el trabajo armónico que ha desarrollado nuestra Gerencia de Analítica y Pérdidas, la Policía de Bogotá y Soacha, la Fiscalía y la Secretaría Distrital de Gobierno, para poner freno a los delincuentes que se roban el agua de los habitantes de Bogotá y la región. Igualmente resaltamos la “Alianza por la Legalidad” que refrendamos con Enel y Vanti y que busca combatir este delito.
Los operativos en Bogotá y Soacha para combatir la defraudación han dado resultados contundentes, como el de una empresa de jardinería ubicada en Cazucá que, con una manguera conectada a un hidrante, abastecía su negocio; o el de un usuario de Bosa quien, “chuzando” un tubo madre, vendía el agua a carrotanques ilegales; o el de un lavadero en Cuidad Bolívar que tenía una doble acometida de agua y así evadía el registro de los consumos reales; o el de un motel en Chapinero que, alterando el medidor, le hacía conejo al Acueducto.
Este tipo de delitos nos afecta a todos y no podemos dejarlos pasar por alto; por eso les invito a que, cuando identifiquen situaciones como estas, las denuncien de inmediato en el correo electrónico recuperaciondeconsumoseaab@acueducto.com.co, o en la Acualínea 116. Solo así fortalecemos nuestro propósito común de trabajar #JuntosPorElAgua