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Como ya es tradición en nuestro país, en estas épocas de fin de año solemos plantear varios propósitos para el nuevo año. Uno de ellos, sin duda, es comenzar una dieta más saludable después de los excesos de comida alta en grasas y carbohidratos, que disfrutamos durante las novenas, la navidad y la cena de año nuevo. Y, la verdad, pecar con la comida en diciembre no está mal, lo que sí está muy mal es no saber cómo disponer los residuos que nos deja la preparación de estos alimentos.
Como botar por el sifón del lavaplatos el aceite usado con el que fritamos los buñuelos o desechar allí los residuos de comida que quedan en los platos, generando graves taponamientos en las redes internas de los hogares y en el sistema de alcantarillado de la ciudad, ya que, al mezclarse con otros desechos, forman bolas de grasa o fatbergs, que colapsan las tuberías y pueden producir encharcamientos e inundaciones en época de lluvias.
Tan solo en el último año hemos atendido 13.105 requerimientos por taponamientos en redes de alcantarillado; se han invertido más de $23.000 millones en la limpieza de sumideros, pozos, tuberías y canales y hemos retirado cerca de 110.000 toneladas de desechos que contenían aceites, grasas, escombros, basuras, toallas sanitarias, pañitos húmedos y preservativos.
Este es un nuevo llamado a la conciencia ciudadana para que, entre todos, cuidemos el alcantarillado de Bogotá, nuestra ciudad, nuestra casa. No se nos puede convertir en tradición arrojar al sistema el aceite que sobra de la preparación de la lechona, de las empanadas o de los tamales.
Por eso, si usted está en casa y quiere preparar comidas en aceite, tenga en cuenta que, al terminar la preparación, debe dejarlo enfriar y luego envasarlo en una botella; cuando esté llena, consulte la página web de la Secretaría Distrital de Ambiente, allí encontrará el listado de los puntos de acopio de aceites usados, lleve su botella y dispóngala en estos lugares; empresas especializadas en el reciclaje de estas grasas la recogerán y le darán un tratamiento adecuado para usos industriales.
Ahora, si usted es propietario o administrador de un restaurante o industria de comidas preparadas, tenga en cuenta que es su obligación contar con una trampa de grasa, que debe ser objeto de mantenimiento periódico. Lamentablemente hemos identificado que los sectores que más presentan situaciones de emergencia en temporada de lluvias son aquellos donde se encuentran restaurantes y fábricas relacionadas con productos cárnicos y de producción de alimentos.
Desde la Empresa continuaremos promoviendo campañas como “Cada uno por su lado, como el agua y el aceite” para que la tradición del próximo año sea cuidar el alcantarillado, que también es cuidar el agua.
Ñapa: La icónica ranita sabanera, imagen y mascota del Acueducto de Bogotá llevaba más de 60 años sin nombre. Para solucionar esto, al interior de la Empresa hicimos un concurso y entre más de 100 nombres propuestos, escogimos el de “Renacua” la combinación de “renacuajo” y “aqua”, raíz latina significa agua, mar o lluvia.
Reciban todos los más sinceros deseos de Feliz Navidad, de parte de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá y recuerden que en el 2025 seguiremos Cuidando el agua para cuidar de ti. ¡Feliz año!