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Analistas 30/01/2023

Iberoamérica: certezas para un futuro mejor

Núria Vilanova
Presidente de ATREVIA

Si en mi último artículo destacaba la importante agenda exterior de Iberoamérica en los próximos meses, ahora me centraré en cómo aprovecharla para atraer inversiones que aceleren el progreso económico y social. Precisamente, la semana pasada me invitaron a animar a los empresarios de Galicia, región española origen de numerosos emprendedores de éxito en este lado del Atlántico, a invertir en Latinoamérica. Podía haber elegido muchos enfoques, pero consideré que, en tiempos complejos, la gestión de la incertidumbre hace que las certezas coticen al alza.

En tres años el mapa geopolítico del mundo ha cambiado. Los efectos de la pandemia, de la crisis europea por la guerra en Ucrania, de una China todavía golpeada por la covid y que, por primera vez en 60 años, pierde población, o la necesidad de implantar modelos productivos sostenibles alimentan esa incertidumbre que nos impulsa a construir el futuro sobre realidades macroeconómicas. Esa es la gran baza de Iberoamérica.

Entre esas fortalezas destacan ser un proveedor de recursos energéticos y materias primas tanto para la economía actual como, sobre todo, la del futuro. Ahí están datos como que la región concentra 33% de las tierras cultivables; 33% del agua potable o 60% de las reservas de litio de todo el mundo. También destaca por su talento innovador, llegando a sumar 45 unicornios. Y un capital humano de 32 millones de estudiantes universitarios, de los que 4,5 millones se gradúan anualmente. A ello se suma otro efecto en expansión como es el nearshoring, pues la tendencia a descentralizar centros de producción y acercarlos a grandes mercados (no olvidemos que EE.UU. sigue siendo la primera economía del mundo) favorece a Iberoamérica como destino de proyectos e inversiones.

Pero ¿qué ha cambiado frente a anteriores olas inversoras? Entre otros factores, la actitud de muchos empresarios iberoamericanos, reforzando y generando valor añadido a esas certezas. Para convencer a los demás, lo primero es creer en nosotros mismos, superando complejos y miedos. Una actitud con doble vertiente: su creciente confianza en esta región y su compromiso como activistas de un cambio social.

Los empresarios iberoamericanos vuelven a invertir en sus países con más intensidad que en otras épocas: están convirtiendo a sus empresas en compañías ‘multilatinas’ e, incluso, están desembarcando en Europa a través de España. Desde esa posición pueden cerrar el triángulo invirtiendo en EE.UU. que, al fin y al cabo, también es fruto del trabajo y de las inversiones de países iberoamericanos. El resultado es un flujo de inversiones que atrae fondos de todo el mundo, como el caso de Abu Dabi, interesado en países como Colombia, Panamá o Uruguay.

Simultáneamente, muchos empresarios han asumido que sus compañías transformen el progreso económico en social. Han apostado por los criterios ESG como hoja de ruta contra el cambio climático, las desigualdades y la fortaleza y transparencia de las instituciones, ya sean públicas o privadas. Aspectos que, a su vez generan estabilidad económica, política y social, reforzando la seguridad jurídica y la atracción de capitales.

Estas dos actitudes son las que comparte el Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica, formado por empresarios decididos a que sus compañías crezcan transformando el entorno social; construyendo un espacio iberoamericano en el que vivir y hacer negocios sea compatible con principios que mejoren la vida de las personas. Certezas y actitudes para una Iberoamérica mejor.

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