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Las situaciones de crisis generan adrenalina en las personas y, por tanto, en las organizaciones. Pero esa reacción humana no es suficiente. Para gestionar una crisis con éxito lo primero es saber a qué nos enfrentamos. Y en el caso de la pandemia del coronavirus, una de las premisas es, precisamente, que desconocemos su evolución y el alcance de sus consecuencias. Partiendo de un escenario que cambia a cada minuto en todo el mundo, trataré de aportar algunas ideas útiles en esta situación.
La primera idea es tomar conciencia de a qué nos enfrentamos. El director de Asuntos Públicos de Atrevia, Manuel Mostaza, ha hecho un ejercicio en este sentido, y no ha dudado en afirmar que nos encontramos ante un ‘cisne negro’, término que se refiere a aquellos “sucesos que nadie ha previsto con antelación, con impacto demoledor, y a los que tratamos de encontrar una causa predecible”. Lo que sí sabemos es que “su extensión es la consecuencia de la consolidación de la globalización a nivel mundial”.
La segunda es que no podemos subestimar los riesgos; está en juego la supervivencia de nuestros negocios. Los planes de crisis hace tiempo que dejaron de ser opción para ser obligación. Ahora, esta pandemia nos confirma que de su eficacia depende la supervivencia de las compañías y estos planes deben mirar tanto hacia dentro (capital humano y recursos propios de la empresa), como hacia fuera (proveedores, clientes y Administraciones).
Como nos advierte Cristina Cantero, directora de reputación & crisis de Atrevia, “la crisis provocada por el coronavirus pone de manifiesto no solo la necesidad de que compañías y organizaciones cuenten con planes de contingencia que permitan gestionar este tipo de situaciones de forma eficiente, sino que dan un paso más en la necesidad de Planes de Contingencia Reputacionales, que concentren indicaciones claras para la actuación tanto para empleados como para comunicarse con públicos externos como clientes y proveedores”.
La última idea es estudiar y aprender de todo lo que está ocurriendo, valorando en cada sector qué medidas están siendo efectivas y cuáles no. En Atrevia lo estamos haciendo mediante el análisis las medidas adoptadas en el sector retail en varias partes del mundo. Provisionalmente, podemos sacar una serie de conclusiones. La primera es que actuar con contundencia frente al coronavirus abre la oportunidad de posicionarse como referente de buenas prácticas a nivel nacional ofreciendo medidas rápidas y eficaces ante nuestros empleados, público y Administraciones.
La segunda es el consejo de ir más allá de las recomendaciones oficiales, transmitiendo control de la situación y reforzando la confianza de nuestros públicos internos y externos. La tercera conclusión es que ante una crisis global hay que asumir que todos los empleados son vitales para mantener la reputación de la compañía. Basta que un solo trabajador se salte las recomendaciones para que sus consecuencias sean virales; mientras que por el contrario pueden ser agentes activos para posicionar a la organización como una empresa responsable tanto en materia de salud como para evitar posibles desabastecimientos, por ejemplo.
Y, sobre todo, no olvidar que las decisiones que tomemos hoy marcarán el futuro de nuestras empresas. La sociedad nos exige que estemos a la altura de las circunstancias y nos adelantemos a los acontecimientos. Y aquellas compañías que no lo hagan se enfrentan a consecuencias tan imprevisibles como la propia crisis generada por el coronavirus.