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“Algo está pasando”, fue la afirmación en la que coincidieron el director de Planeación Nacional, Jorge Iván González; la alcaldesa de Bogotá, Claudia López; el exministro de Educación, Alejandro Gaviria, y el Consejero Presidencial para las regiones, Luis Fernando Velasco. Cuando la región metropolitana Bogotá – Cundinamarca, determinó la salud mental como la primera propuesta urgente para integrar al Plan de Desarrollo, incluyendo herramientas de promoción, prevención y atención integral; antes que la seguridad, la educación y la infraestructura, el ordenamiento territorial o el empleo inclusivo.
Lo que demuestra que el covid-19 nos dejó una huella profunda en afectación y enfermedad no solo orgánica sino mental, e hizo visible un problema que estaba bajo la mesa, y que nadie quería visibilizar.
Quizá algunos se preguntan: ¿para qué y por qué priorizar la salud mental en el Plan Nacional de Desarrollo?
La respuesta es simple: 1) Porque necesitamos actualizar las políticas públicas de salud mental y adicciones, después de reconocer que el covid-19, dejó huella en la salud mental de las personas. 2) Para que el Ministerio de Salud cuente con una estructura organizacional que le permita efectividad en la materialización de la política pública. 3) Porque no pueden seguir unidos los recursos de salud mental dentro de salud pública, esto impide conocer los verdaderos recursos que se utilizan y necesitan en la implementación de las políticas, planes, programas y proyectos. 4) Para que se fortalezca la asistencia y acompañamiento a las entidades territoriales tanto en la puesta en marcha de servicios integrales e integrados especializados en salud mental como la política pública.
5) Para que se fortalezcan los procesos de información y de herramientas tecnológicas en la atención integral en salud y sus determinantes, en favor de quienes padecen afectación y trastornos en salud mental, así como sus familiares y sus entornos. 6) Para que se priorice dentro del sistema de salud el acceso sin dificultad ni estigmatización, pero con oportunidad a los servicios,. 7) Porque los profesionales de la salud deben tener garantizada la atención oportuna y permanente en salud mental. 8) Para que se fortalezca la capacitación el entrenamiento y el mejoramiento de las competencias del personal que atiende en todos los niveles de complejidad, en especial la prevención de afectaciones, enfermedades y/o trastornos en salud mental de la población colombiana.
Por lo anterior, he presentado seis propuestas para incluir en el Plan Nacional de Desarrollo en materia de salud mental:
1. Actualización de la política pública de salud mental que la contemple desde el bienestar, los determinantes y el cuidado, no solo la ausencia de enfermedad.
2. Creación de una cuenta especial para salud mental separada del presupuesto de salud pública.
3. Creación de un Observatorio Nacional y Territorial de Salud Mental que nos permita saber qué está sucediendo con la salud mental de los colombianos y colombianas.
4. Servicio Social Obligatorio en Salud Mental para los profesionales en psicología.
5. Acceso a tratamiento en salud mental a la población carcelaria y penitenciaria de adult@s y también en el sistema de responsabilidad penal adolescente.
6. Creación de una Red Mixta Nacional y Territorial de Salud Mental que nos permita articular las rutas para la prevención y atención.
Estas seis propuestas fueron radicadas y discutidas en las comisiones económicas conjuntas de Cámara y Senado, para ser incluidas en el PND, logrando incorporar tres de ellas en el primer debate, lo que nos permite decirle hoy a la ciudadanía que participo activamente en los diálogos vinculantes: ¡valió la pena! Tener convicción de que sí es posible que la salud mental esté como prioridad dentro de la agenda pública.
Seguiremos siendo una red de afectos, que trabaja incansablemente para que cada persona en nuestro país disfrute de una adecuada salud mental y evitemos la perdida de vidas que cada día se incrementan a través del suicidio.