Gestión educativa resiliente

Hoy, nuevamente les comparto mis reflexiones sobre la importancia de gestión de las acciones adelantadas por las Instituciones de Educación Superior (IES), con liderazgos oportunos, para estar atentas al blindaje de los riesgos, cualquiera que sea su dimensión, que pueden sobrevenir en algún momento, por diversas variables, incluso las de salud, como lo vivimos recientemente con la pandemia. La cuestión está en saber gestionar la visión estratégica de los riesgos y tener a la mano planes accionables para hacer frente a las situaciones, y con resiliencia, implementarlos.

Sabemos de las diferentes dimensiones que han sido afectadas por la pandemia, pero ahora también por los sucesos globales (los vientos de guerra del mundo, las realidades locales de cada contexto donde se desarrollan los proyectos educativos de nuestro país, o como, por ejemplo, la llegada de un nuevo gobierno nacional y con apuestas de política educativa superior, entre otras). Tal vez, lo más transcendental es que todos nos apropiemos de la manera cómo podemos incorporar los aprendizajes y las buenas prácticas de unas y otras instituciones, y así hacerles frente a otras complejidades posibles que lleguen. La cooperación y el trabajo colaborativo y solidario son pilares de la gestión educativa resiliente.

Se habla mucho de los impactos académicos, de manera especial, de los rezagos en el aprendizaje de los estudiantes, de la salud mental de la comunidad académica. Igualmente se ha evidenciado en varias IES un fuerte impacto financiero, y con ello, en su sostenibilidad, agravado por la contracción de la matrícula, en medio de un contexto socioeconómico adverso. En este aspecto financiero, las IES han tenido que implementar planes de acción para no materializar el riesgo.

Entre otros, la necesidad apremiante de financiamiento ha llevado a activar fondos para poder desarrollar los diversos programas de las funciones sustantivas, la estructuración de líneas de acción de crédito apoyados por la institucionalidad financiera del sector educativo superior, el desarrollo de campañas capital para la consecución de recursos que apalanquen los planes de desarrollo de las IES, el apoyos de donantes, de créditos contingente al ingreso, las bolsas de subsidios y becas para los estudiantes, el desarrollo de los fondos patrimoniales de las IES, los fondos de ayuda de emergencia, la financiación diversificada proveniente de alianzas con el sector productivo, etc.

En perspectiva de la calidad del servicio prestado, es importante resaltar todas las buenas prácticas implementadas en la línea del proceso de enseñanza y aprendizaje, especialmente en lo referente a los desarrollos innovadores de las didácticas, del mundo del currículo y de la apropiación de la capacidad tecnológica y el aprovechamiento de las tecnologías emergentes. En este último punto valoro las acciones realizadas, y que aún siguen vigentes, como, por ejemplo, la facilitación de la conectividad para poder tener acceso remoto, también la oportunidad de tener dispositivos que apoyen la experiencia del servicio educativo.

Con relación a los graduados, las IES han generado iniciativas de emprendimientos y de empleabilidad que permiten entregarle a estos mayor confianza laboral y motivaciones para generar ingresos. El camino de gestión de las IES es reinventarse todos los días en su enfoque educativo, y a retarse permanentemente para alcanzar su máximo potencial, basados en su capacidad y experiencia, a través de la innovación y la transformación, mirando tendencias, sin perder su esencia misional, su razón de ser.